El presidente Donald Trump ha ordenado este domingo la reapertura de la icónica prisión de Alcatraz, cerrada en 1963, con el objetivo de convertirla en un nuevo centro de reclusión para “los delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos”. La medida, anunciada a través de su red Truth Social, pretende ser un símbolo del “regreso de la ley, el orden y la justicia”.
En un mensaje cargado de su habitual retórica combativa, Trump responsabilizó a jueces “temerosos” y a las leyes migratorias por lo que calificó como una ola de criminalidad. “Ya no seremos rehenes de criminales, matones y jueces que se niegan a hacer su trabajo”, escribió. Según detalló, la prisión será “sustancialmente ampliada y reconstruida” para albergar a quienes considera “la escoria de la sociedad”.
La decisión llega en un contexto de fricciones judiciales que han obstaculizado algunas de sus iniciativas más duras contra la inmigración irregular, y parece destinada a reforzar su mensaje de mano dura, especialmente de cara a su posible regreso a la Casa Blanca. Durante un intercambio con periodistas tras regresar de Florida, donde suele pasar los fines de semana, Trump insistió en que Alcatraz será “un símbolo del orden y la autoridad”.
La emblemática prisión, ubicada en una isla en la bahía de San Francisco, funcionó como cárcel federal entre 1934 y 1963. Fue clausurada por su alto costo operativo, que triplicaba al de otras prisiones del país. La Oficina Federal de Prisiones explicó en su momento que mantenerla abierta requería entre tres y cinco millones de dólares solo en tareas de restauración y mantenimiento.
Trump, sin embargo, ve en su reapertura una oportunidad para revivir un emblema de dureza frente al crimen. “Durante demasiado tiempo, Estados Unidos ha estado plagado de criminales viciosos, violentos y reincidentes. No toleraremos más a estos delincuentes en serie que esparcen sangre y caos por nuestras calles”, declaró en su red social, con mayúsculas destacadas en su estilo habitual.
El portavoz de la Oficina de Prisiones confirmó haber recibido la orden presidencial y señaló que el organismo “cumplirá con todas las instrucciones del Ejecutivo”. Añadió que se proporcionará más información conforme avance el proceso.
La isla de Alcatraz, situada a menos de tres kilómetros del litoral, fue urbanizada a mediados del siglo XIX y albergó entre sus prisioneros a figuras como Al Capone y George “Machine Gun” Kelly. Hoy es una popular atracción turística gestionada por el Servicio de Parques Nacionales, que la describe como “la respuesta del Gobierno federal a la América posterior a la Ley Seca y la Gran Depresión”.
La cárcel, también conocida como “La Roca”, ha sido inmortalizada por el cine, en películas como La Roca de Michael Bay, y forma parte del imaginario colectivo estadounidense. Trump parece dispuesto a devolverle un papel protagónico, esta vez como estandarte de su promesa: “Haremos a Estados Unidos grande de nuevo”.
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