Donald Trump ha anunciado un nuevo paquete arancelario que ha sacudido los mercados financieros y ha puesto a Apple en el centro del huracán. La compañía, que fabrica la mayoría de sus dispositivos en Asia, ahora enfrenta aranceles del 54 % para productos provenientes de China, del 46 % para los de Vietnam y del 26-27 % para los fabricados en India. Precisamente en esos países Apple concentró su producción en los últimos años.
Tras su primera presidencia, Apple apostó por diversificar su cadena de suministro para reducir su dependencia de China. Sin embargo, esa estrategia se ha vuelto en su contra: los nuevos aranceles alcanzan todos sus principales centros de producción. No hay escapatoria. Lo mismo le ha ocurrido a otra firma estrechamente ligada a Apple: Nike.
¿Por qué importa?
El impacto para Apple es tanto financiero como operativo. Sus dispositivos representan el 75 % de sus casi 400.000 millones de dólares en ingresos anuales —el resto proviene de los Servicios—.
Con este nuevo escenario, sus costes podrían aumentar en unos 8.500 millones de dólares al año, lo que recortaría sus beneficios en alrededor de un 7 %. El efecto ya se refleja en los mercados: sus acciones han caído un 9 %, y otro 5 % adicional en las operaciones previas a la apertura del viernes.
Las cifras preocupan
Según estimaciones de Rosenblatt Securities, Apple tendría que subir el precio de sus dispositivos hasta un 43 % si quiere mantener los márgenes actuales.
Durante años, Apple cultivó una relación cercana con Trump que le permitió esquivar aranceles durante su primera administración. Tim Cook incluso asistió a la ceremonia de investidura del expresidente y prometió grandes inversiones en Estados Unidos. Esta vez, sin embargo, la buena predisposición parece no haber bastado.
En febrero, la compañía anunció un ambicioso plan de inversión de 500.000 millones de dólares en EE. UU., incluyendo una planta en Texas y la creación de 20.000 empleos en I+D. Aun así, no ha logrado, al menos por ahora, la exención arancelaria que consiguió en 2018.
Cook ha señalado en varias ocasiones lo difícil que sería trasladar la producción a Estados Unidos, en parte por la escasez de trabajadores con la especialización técnica necesaria.
Un problema más para Apple
Aunque sigue siendo una de las empresas más rentables del mundo, Apple ya arrastraba ciertos desafíos: ventas de iPhone por debajo de lo esperado y dificultades para implementar su estrategia de inteligencia artificial. Ahora se suma esta nueva crisis arancelaria.
El choque entre la visión proteccionista de la administración Trump y el modelo globalizado de empresas como Apple revela una tensión cada vez más difícil de resolver.
¿Qué puede esperar el consumidor?
El mensaje es claro: los iPhones podrían volverse mucho más caros. Para Apple, eso significa menos margen para innovar debido a la presión sobre sus beneficios. Todo dependerá de cómo reaccione la empresa: si logra una exención, si negocia a última hora… o si simplemente traslada el golpe al consumidor. La fecha límite: 9 de abril.
Leave a comment