El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó el domingo por la noche una nueva amenaza comercial al advertir que impondrá un arancel adicional del 10% a cualquier país que respalde las políticas “antiestadounidenses” del bloque BRICS. El mensaje, publicado en su red Truth Social, se conoció horas después del cierre de la primera jornada de la cumbre del grupo en Río de Janeiro.
En su declaración conjunta, los BRICS —integrados por 11 países que representan el 40% del PIB mundial— cuestionaron sin mencionar directamente a Trump la escalada arancelaria impulsada por Washington, señalando que el proteccionismo amenaza la economía global.
“La proliferación de medidas restrictivas del comercio, ya sea a través de aranceles indiscriminados o bajo argumentos ambientales, pone en riesgo el comercio mundial, interrumpe las cadenas de suministro, agrava desigualdades y afecta el desarrollo económico”, advierte el documento final del foro.
El grupo, fundado en 2009 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, incorporó en 2023 a Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia e Irán. Además de sus críticas a las políticas comerciales de EE.UU., los líderes respaldaron el ingreso de Etiopía e Irán a la Organización Mundial del Comercio (OMC), en momentos en que Trump continúa desafiando las normas del organismo que él mismo ha intentado debilitar. Irónicamente, China —país que se sumó a la OMC en 2001— y el bloque BRICS se presentan ahora como sus principales defensores.
Desde Pekín, el Ministerio de Exteriores respondió a las amenazas con cautela: “El uso de aranceles no beneficia a nadie”, dijo un portavoz. Moscú, por su parte, defendió el carácter no confrontativo del grupo. “La cooperación dentro de los BRICS nunca ha estado ni estará dirigida contra terceros países”, aseguró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por Reuters.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, evitó referirse directamente a las palabras de Trump en su primera intervención del día, enfocada en los esfuerzos comunes contra el cambio climático y en la cooperación sanitaria entre los países miembros. Se espera que Lula brinde declaraciones más extensas al cierre del encuentro.
Trump, sin mencionar países específicos, advirtió que “no habrá excepciones” a su plan de imponer un arancel extra del 10%. La amenaza podría incluir también a las naciones que el bloque ha designado como países asociados, entre ellas Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
El miércoles 9 de julio vence el plazo que Trump se autoimpuso para cerrar nuevos acuerdos comerciales o, en su defecto, activar un agresivo régimen proteccionista que, de concretarse, entraría en vigor el 1 de agosto y podría tener repercusiones globales.
Una de las principales demandas de los BRICS es una reforma profunda del sistema multilateral para que los países del llamado Sur Global —históricamente infrarrepresentados— tengan mayor peso en organismos internacionales, en función de su actual relevancia económica y demográfica.
“Si la gobernanza internacional no refleja la nueva realidad multipolar del siglo XXI, los BRICS deben contribuir a actualizarla”, dijo Lula en su discurso inaugural, donde también evocó al Movimiento de Países No Alineados como antecedente directo del grupo.
En paralelo a la cumbre, el Nuevo Banco de Desarrollo del bloque se reunió en Río y acordó impulsar el uso de monedas locales en el comercio y los préstamos, aunque sin avanzar en la creación de una divisa común. Meses atrás, cuando aún era presidente electo, Trump ya había amenazado con aplicar aranceles del 100% si los BRICS impulsaban una moneda alternativa al dólar.
Desde Brasil, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, explicó a El País que “el objetivo no es reemplazar el dólar”, sino reducir los costos del comercio y los préstamos internos. “Eso dependerá de cómo evolucione la economía estadounidense”, afirmó.
La cumbre, sin embargo, se vio deslucida por la ausencia del presidente chino, Xi Jinping. En cambio, el presidente ruso, Vladímir Putin, participó de forma remota debido a la orden de arresto internacional en su contra por crímenes de guerra en Ucrania.
Brasil aprovechará también esta vitrina internacional de cara a la próxima cumbre climática de la ONU, que se celebrará en noviembre en Belém. Lula busca posicionar al país y al bloque como líderes responsables en la lucha contra el cambio climático, en claro contraste con la postura negacionista que Trump ha mantenido durante su mandato.
Leave a comment