Hoy en día, Samsung es sinónimo de innovación, tecnología de vanguardia y una marca global con presencia en todo el mundo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué se eligió este nombre y qué significa realmente? Detrás de Samsung hay una historia llena de simbolismo, visión empresarial y profundas raíces culturales.
El nombre “Samsung” se compone de dos palabras en coreano: “Sam”, que significa “tres”, y “Sung”, que se traduce como “estrella”. Literalmente, el nombre significa “Tres estrellas”, y no fue elegido al azar. En la cultura coreana, el número tres representa grandeza y continuidad en el tiempo. Además, en la filosofía tradicional se habla de los “tres fundamentos” (cielo, tierra y humanidad) y las “tres virtudes” (sabiduría, benevolencia y valentía), lo que refuerza el significado del nombre. Las tres estrellas, por su parte, evocan brillo y eternidad.
Lee Byung-chul, fundador de Samsung, escogió este nombre para su empresa, que en sus inicios se dedicaba a la exportación de productos básicos como pescado seco y frutas en la ciudad de Daegu, Corea del Sur. Aunque comenzó de manera modesta, algunos historiadores creen que el nombre ya reflejaba su ambición de influir en tres esferas clave: la industria, la sociedad y el mundo.
La década de 1930 no fue fácil para Corea, que seguía bajo ocupación japonesa (1910-1945). En ese contexto, los empresarios coreanos no solo buscaban sobrevivir, sino también preservar su identidad de cara al futuro. Por eso, Lee Byung-chul eligió un nombre que honraba los valores tradicionales de su país y, al mismo tiempo, representaba el crecimiento que esperaba tanto para su empresa como para la sociedad.
No era un caso aislado. En Asia, muchas compañías buscaban nombres con significados profundos. Por ejemplo, Hyundai significa “modernidad”, y LG proviene de “Lucky-Goldstar” (Estrella dorada de la suerte).
Tras la Guerra de Corea (1950-1953), Samsung diversificó sus operaciones hacia sectores como el textil, los seguros y la electrónica (en 1969 nació Samsung Electronics), pero el nombre permaneció intacto. Esto se debe a que los valores de las “tres estrellas” eran aplicables a cada nuevo desafío que la empresa emprendía. Incluso cuando expandió su presencia internacional, el nombre resultó atractivo y fácil de recordar, aunque fuera de Asia pocos conocían su verdadero significado.
A lo largo de los años, el logo de Samsung ha cambiado, pero su nombre se ha mantenido, consolidándose como uno de los más reconocibles del mundo. Lo que comenzó como un nombre simple, pero cargado de simbolismo, ha logrado trascender generaciones y fronteras. Hoy, las “tres estrellas” siguen guiando a Samsung en su camino hacia el futuro.
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