El partido Alternativa para Alemania (AfD), conocido por su discurso antiinmigración, presentó este lunes una demanda contra el servicio de inteligencia nacional tras ser catalogado como una organización extremista de derecha, lo que permite a las autoridades aumentar su nivel de vigilancia sobre la agrupación.
La acción legal fue interpuesta ante un tribunal administrativo en Colonia, ciudad donde se encuentra la sede de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, nombre oficial del servicio de inteligencia alemán.
Con esta clasificación, los agentes de inteligencia pueden utilizar informantes y aplicar técnicas como grabaciones de audio y video para monitorear las actividades del AfD a nivel nacional. Según la agencia, el partido representa una amenaza para el orden democrático del país y “desprecia la dignidad humana”, en particular por su constante campaña de incitación contra refugiados e inmigrantes, especialmente de países de mayoría musulmana.
En respuesta, el AfD acusó al organismo de violar la Constitución y de intentar criminalizar opiniones legítimas y críticas hacia la política migratoria adoptada por Alemania en la última década. “Con esta demanda enviamos una señal clara contra el uso indebido del poder estatal para excluir a la oposición”, afirmaron en un comunicado los colíderes Tino Chrupalla y Alice Weidel, quienes denunciaron un intento de “distorsionar la competencia democrática y deslegitimar millones de votos”.
Fundado en 2013, el AfD surgió inicialmente como una plataforma opuesta a los rescates financieros dentro de la eurozona. Sin embargo, su ascenso político comenzó tras la decisión de la entonces canciller Angela Merkel en 2015 de permitir la entrada masiva de refugiados al país.
El auge de partidos de extrema derecha en Europa ha puesto al AfD en el foco internacional. Incluso ha recibido el respaldo de figuras como Elon Musk, cercano al presidente estadounidense Donald Trump. Varios altos funcionarios de ese gobierno han criticado la decisión del servicio de inteligencia alemán.
Uno de ellos, el senador Marco Rubio, calificó la medida como “tiranía disfrazada” y pidió a Alemania revertir la designación. Ante esto, el Ministerio de Exteriores alemán respondió a través de redes sociales que “esto es democracia” y defendió la medida como el resultado de una investigación “exhaustiva e independiente para proteger nuestra Constitución y el estado de derecho”. Añadió que serán los tribunales independientes quienes tendrán la última palabra y subrayó: “Hemos aprendido de nuestra historia que el extremismo de derecha debe detenerse”.
Por su parte, el vicepresidente JD Vance, quien se reunió con Weidel tras las elecciones de febrero, escribió en redes sociales que el AfD es “el partido más representativo” en la antigua Alemania Oriental, y acusó a la burocracia alemana de intentar destruirlo.
El AfD también ha sido duramente criticado por su cercanía con Rusia y su postura contraria al respaldo de Alemania a Ucrania en la guerra. Berlín es actualmente el segundo mayor proveedor de armas al gobierno ucraniano, después de Estados Unidos.
La demanda del AfD coincide con un momento político clave en Alemania: este martes, Friedrich Merz, líder de la coalición conservadora CDU/CSU, asumirá como nuevo canciller tras vencer en las elecciones de febrero. Un día antes, su bloque y los socialdemócratas del saliente Olaf Scholz firmaron el acuerdo que da forma a la quinta gran coalición “negro-roja” en la historia del país.
Leave a comment