El manejo del caso Jeffrey Epstein por parte de la administración Donald Trump ha desatado una crisis interna inédita dentro del movimiento MAGA, provocado por la contradicción entre teorías conspirativas ampliamente difundidas y la reciente declaración oficial de que no existe tal «lista de clientes» ni evidencia de asesinato.
Durante meses, figuras clave como la fiscal general Pam Bondi afirmaron haber revisado o poseer una supuesta lista de poderosos implicados en actividades delictivas. Sin embargo, un memorando del Departamento de Justicia y del FBI concluyó que Epstein murió por suicidio en 2019 y que no hay rastro de una red de chantaje o un registro formal de rostros famosos, contradiciendo la narrativa pilar de varios influyentes del ala dura del movimiento, incluida la base MAGA.
Esta vuelta de tuerca ha encolerizado a muchos seguidores. Figuras prominentes como Laura Loomer, Dan Bongino y Steve Bannon exigieron transparencia total, incluso la renuncia de Bondi. En contraste, el presidente Donald Trump contraatacó vía su red social Truth Social: calificó de “nueva ESTAFA” el tema Epstein, acusó a sus críticos de seguir el juego a los demócratas y anunció que ya no desea el apoyo de quienes se obsesionan con ese asunto.
Incluso dentro del Partido Republicano se han pronunciado voces divergentes: el Speaker de la Cámara, Mike Johnson, rompió con Trump al pedir la liberación de todos los documentos disponibles y defender el derecho del público a conocer la verdad. La división alcanza el órgano más influyente del gabinete, ya que el subdirector del FBI, Dan Bongino, amenazó con renunciar al disentir de Bondi en cuanto a protección de teorías previas.
Según el analista de datos Harry Enten, la controversia ha tenido un rebote masivo: las búsquedas de «Epstein» crecieron entre un 1200 % y 1900 % en días recientes, y la percepción de falta de transparencia reduce drásticamente la probabilidad de que se publiquen más documentos (inferida por mercados predictivos en apenas un 20 %).
¿Por qué esta crisis revela una fractura inédita dentro del MAGA y el círculo interno de Trump?
Porque muchas de las teorías conspirativas sobre Jeffrey Epstein fueron impulsadas por figuras cercanas a Trump, pero ahora esa narrativa se desmorona ante la versión oficial del FBI y DOJ. Algunos de esos aliados más firmes, como Bongino y Johnson, han optado por la transparencia, enfrentándose a Trump y Bondi. Esto expone una grieta dentro del círculo conservador que hasta ahora estaba unido en torno a una narrativa de sospecha. La discordia no solo viene de los demócratas, sino desde dentro del propio movimiento MAGA, y eso ha provocado una tensión política interna sin precedentes.
En resumen, más allá de una polémica judicial, esta situación es ahora una crisis política interna: Donald Trump trata de silenciar el asunto, pero el fenómeno ha ganado vida propia, y figuras clave de su propio movimiento han decidido cuestionar su versión oficial. La presión crece tanto dentro como fuera, y la historia sigue escalando exponencialmente.
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