El auge de la inteligencia artificial ha disparado el valor de los componentes informáticos más avanzados, hasta el punto de que algunas empresas están utilizando sus chips como garantía para obtener financiación. Mientras que los equipos dirigidos al consumidor pueden costar miles de euros, el hardware de alto rendimiento utilizado en entornos empresariales —especialmente el diseñado para IA— puede alcanzar cifras millonarias.
NVIDIA, líder mundial en procesadores gráficos, se ha convertido en una pieza clave de esta tendencia. Gracias a su potente hardware especializado, basado en arquitecturas como Blackwell, la compañía ofrece soluciones como la GPU H100 AI, capaz de alcanzar los 67 teraflops (TFLOPS) en operaciones de punto flotante (FP32). El modelo H100 SXM, por ejemplo, tiene un precio que oscila entre los 27.000 y 40.000 dólares por unidad, lo que significa que un rack con ocho unidades puede superar los 320.000 dólares. Para muchas compañías, estos sistemas no solo representan una inversión en tecnología, sino también un activo financiero que puede ser usado como colateral para acceder a créditos.
Esta estrategia ya está siendo adoptada por firmas emergentes del sector. Según el informe “Project Osprey: How Nvidia Seeded CoreWeave’s Rise”, publicado por The Information el 12 de marzo de 2025, la startup Fluidstack, especializada en servicios de computación en la nube, logró obtener más de 10.000 millones de dólares en financiación gracias a esta fórmula. La garantía: sus aceleradores de IA de NVIDIA.
La pionera en este modelo fue CoreWeave, una empresa respaldada por la propia NVIDIA, que utilizó chips H100 para acceder a préstamos por hasta 9.900 millones de dólares. Con esos fondos, la firma pudo adquirir aún más unidades para expandir su infraestructura tecnológica, al tiempo que continuaba utilizándolas como respaldo financiero.
Sin embargo, este innovador mecanismo de financiación también conlleva riesgos. Analistas advierten que el valor de los chips puede depreciarse rápidamente por el uso intensivo o la llegada de nuevas generaciones más potentes. Aunque en la actualidad la altísima demanda mantiene los precios elevados —en algunos casos incluso por encima del valor base—, una eventual caída en los precios dificultaría su utilización como aval, dejando en el aire la capacidad de pago de las empresas que dependen de estos préstamos.
La revolución de la inteligencia artificial no solo está transformando los modelos de negocio, sino también las formas en que las empresas obtienen recursos para financiar su crecimiento. Y en el centro de esta nueva dinámica están los chips de NVIDIA, convertidos en moneda de cambio en la economía del futuro.
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