El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anunció la detención de dos ciudadanos chinos, un joven de 24 años y su padre, por presuntamente intentar transferir a China información clasificada sobre el sistema de misiles Neptuno, una pieza clave en la defensa militar ucraniana.
Según informó el organismo a través de su canal oficial de Telegram, el joven fue capturado in fraganti mientras intentaba enviar documentos secretos relacionados con este avanzado armamento. “La contrainteligencia del SBU identificó al espía en las primeras etapas de su actividad y lo detuvo con pruebas concluyentes”, señalaron.
El caso, revelado este miércoles, ha encendido las alarmas en Kiev, no solo por la naturaleza de la información comprometida, sino también por el delicado contexto internacional marcado por la creciente preocupación sobre la transferencia de tecnología militar a Rusia y sus aliados.
El sospechoso había residido en Kiev como estudiante universitario hasta 2023, año en que fue expulsado por bajo rendimiento académico. No obstante, permaneció en la capital, donde —según las autoridades— continuó cultivando contactos estratégicos y desarrollando actividades de espionaje. El SBU detalló que incluso intentó reclutar a un ciudadano ucraniano vinculado al desarrollo del misil Neptuno.
Este sistema, el R-360 Neptuno, es uno de los mayores logros de la industria militar ucraniana. Diseñado por la Oficina de Diseño Estatal “Luch”, se trata de un misil de crucero antibuque que ha desempeñado un papel crucial en la defensa del litoral ucraniano durante la guerra con Rusia, especialmente en la zona del mar Negro.
Los documentos que pretendían sustraer contenían información técnica altamente confidencial sobre el diseño y funcionamiento del sistema. De haber llegado a manos del gobierno chino, la seguridad nacional de Ucrania podría haberse visto gravemente comprometida.
La operación de contrainteligencia, realizada en coordinación con la Fiscalía General de Ucrania, permitió no solo frustrar la transferencia de información, sino también recabar evidencias sobre los vínculos del joven con organismos de seguridad del Estado chino. Según el SBU, “mantenía estrechos lazos con entidades del Estado Mayor y los servicios de inteligencia de China”.
El padre del joven, quien reside habitualmente en China, viajaba con frecuencia a Kiev. Llegó a la ciudad apenas dos días antes de su arresto, el lunes. Las autoridades lo señalan como el encargado de coordinar las acciones de su hijo y actuar como contacto directo con los servicios de inteligencia chinos. “Se cree que supervisaba personalmente las actividades de su hijo como agente”, afirmaron tanto el SBU como la Fiscalía.
La investigación se encuentra aún en fase preliminar, pero no se descartan nuevas detenciones ni la ampliación del caso hacia otros implicados.
La detención de estos dos ciudadanos chinos se produce en un momento especialmente tenso entre Kiev y Pekín. El martes, el Gobierno ucraniano impuso sanciones a cinco empresas chinas acusadas de proporcionar componentes militares que habrían terminado en manos del ejército ruso. Estas se suman a medidas previas firmadas por el presidente Volodímir Zelensky contra otras compañías chinas implicadas en el suministro de pólvora y materiales de artillería.
El Gobierno ucraniano ha identificado a China, India, Emiratos Árabes Unidos, Kazajistán y Armenia como países que estarían facilitando la adquisición de componentes tecnológicos empleados por las fuerzas armadas rusas.
En medio de este clima de creciente tensión, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, rechazó la semana pasada durante una visita oficial a Alemania las acusaciones de que su país esté apoyando militarmente a Rusia. “El material militar o de doble uso que importa Rusia proviene en realidad de Occidente”, declaró Wang, en un intento por desvincular a Pekín de las sanciones y críticas internacionales.
Leave a comment