París y otras quince regiones de Francia amanecieron este martes bajo alerta roja debido a una intensa ola de calor que golpea con fuerza al sur de Europa, provocando récords históricos de temperatura, incendios forestales, evacuaciones masivas y cierres de escuelas. El fenómeno, que también afecta a España, Portugal, Italia y Turquía, ha desatado una serie de emergencias que reflejan el creciente impacto del cambio climático en el continente.
En Francia, la agencia meteorológica Météo-France activó el nivel máximo de alerta por temperaturas que podrían superar los 41ºC en varias zonas, incluida la capital. “Nunca habíamos visto algo así”, advirtió la ministra de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher. Como parte de las medidas de emergencia, el gobierno anunció el cierre total o parcial de 1.350 escuelas, casi el doble que el día anterior, además de restricciones al tránsito de vehículos contaminantes en la región de Île-de-France y el cierre del acceso a la cima de la Torre Eiffel.
El calor extremo se extiende también por la península ibérica. En España, aunque las temperaturas comenzaron a descender levemente respecto al fin de semana, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) alertó que en el centro y sur del país los termómetros aún podrían superar los 40 ºC. El sábado, el municipio andaluz de El Granado alcanzó los 46 ºC, estableciendo un nuevo récord para un mes de junio, por encima de los 45,2 ºC registrados en Sevilla en 1965.
En Portugal, la localidad de Mora, a unos 100 kilómetros de Lisboa, marcó 46,6 ºC, el valor más alto jamás registrado en junio, según medios locales. Aunque un incendio forestal fue contenido cerca de Castelo Branco, las autoridades advierten que el riesgo sigue siendo extremo en muchas regiones, debido a la vegetación reseca y las altas temperaturas.
Los incendios forestales también afectan otras partes del Mediterráneo. En Turquía, más de 50.000 personas fueron evacuadas en la provincia de Esmirna, donde los vientos de hasta 120 km/h dificultan el trabajo de los equipos de emergencia. En Italia, se reportan focos activos en distintas regiones y ya se contabilizan dos muertes vinculadas al clima extremo: una mujer de 77 años falleció por inhalación de humo en Potenza, y un hombre de 70 años murió al ser arrastrado por un alud de agua y lodo en el Piamonte.
El Ministerio de Salud italiano decretó alerta roja por calor en 18 ciudades, incluyendo Roma, Florencia, Milán y Verona. Según Antonio Spano, meteorólogo y fundador del sitio ilmeteo.it, la ola de calor podría prolongarse hasta el fin de semana o incluso más. Imágenes difundidas por la prensa local muestran escenas dramáticas, como turistas y residentes huyendo de incendios en zonas costeras, incluyendo Baia Domizia, cerca de Nápoles, donde las llamas alcanzaron pinares junto a hoteles. “Jamás viví algo así. Estábamos rodeados de fuego de al menos 30 metros de altura”, escribió en redes sociales el alcalde de Cellole, Guido di Leone.
La emergencia climática también ha reavivado el debate sobre las condiciones en cárceles de países como Francia e Italia. “El calor agrava las tensiones y frustraciones ya existentes”, advirtió Wilfried Fonck, dirigente del sindicato de trabajadores penitenciarios francés.
En las ciudades, el calor se intensifica por el llamado “efecto isla de calor urbana”, que eleva aún más las temperaturas debido al concreto, el asfalto y la escasez de áreas verdes. Así lo explicó Emanuela Piervitali, investigadora del Instituto Italiano de Protección e Investigación Medioambiental (ISPRA).
Las autoridades locales han adoptado distintas estrategias para aliviar el impacto. En Marsella se abrieron piscinas públicas con acceso gratuito, mientras en Venecia se organizaron visitas con aire acondicionado a museos para personas mayores. En Madrid, la turista francesa Agathe Lacombe contó a AFP cómo debió reorganizar su itinerario: “Tienes que hacerlo todo por la mañana y resguardarte cuando el calor se vuelve insoportable”.
En el ámbito laboral, los sindicatos españoles exigieron medidas de protección tras la muerte de dos trabajadores en circunstancias vinculadas al calor. El fenómeno también ha alcanzado los Balcanes y el Reino Unido: Londres registró este martes 34ºC, y el torneo de Wimbledon arrancó con un récord de 31,4ºC en su primera jornada, según la BBC.
La ola de calor también elevó la temperatura media del mar Mediterráneo a su nivel más alto para un mes de junio, según el programa europeo de observación terrestre Copernicus, lo que agrava aún más las condiciones meteorológicas y ecológicas en la región. Los expertos advierten que este tipo de fenómenos extremos serán cada vez más frecuentes e intensos a medida que avance el cambio climático.
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