Poco después del mediodía, un avión de Air India con destino a Londres se estrelló en una zona densamente poblada de Ahmedabad, al oeste de India, provocando un incendio de gran magnitud y dejando imágenes estremecedoras captadas por testigos con sus teléfonos móviles.
La aeronave siniestrada, un Boeing 787-8 con matrícula VT-ANB, había despegado del aeropuerto Sardar Vallabhbhai Patel a las 13:38 hora local. Según un reporte preliminar de la Dirección General de Aviación Civil de la India (DGCA), apenas segundos después del despegue, la tripulación emitió una señal de emergencia. Esa fue la última comunicación registrada antes de que el avión se precipitara en el área de Meghaninagar, a pocos kilómetros del aeropuerto.
El impacto provocó una escena caótica: edificios dañados, vehículos envueltos en llamas y calles cubiertas por un espeso humo gris. Las labores de rescate se vieron dificultadas por la escasa visibilidad y las altas temperaturas. Equipos de emergencia y bomberos trabajaron entre escombros, mientras algunos residentes intentaban contener el fuego con baldes de agua. Varias tomas muestran columnas de humo elevándose sobre la ciudad y el desespero de los vecinos.
Las autoridades locales confirmaron que entre los cuerpos recuperados, algunos estaban calcinados. Varios heridos fueron trasladados de urgencia a hospitales cercanos, aunque aún no se ha determinado cuántos eran ocupantes del avión y cuántos, víctimas en tierra.
El vuelo AI-171 tenía como destino el aeropuerto de Gatwick, en Reino Unido. A bordo viajaban 242 personas: 230 pasajeros y 12 tripulantes. Según Air India, entre ellos había 169 ciudadanos indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense. La aeronave debía aterrizar en Londres a las 18:25 hora local, pero nunca llegó.
Al mando del avión estaba el capitán Sumeet Sabharwal, un instructor con más de 8.200 horas de vuelo, acompañado por el primer oficial Clive Kundar, con 1.100 horas de experiencia. La aerolínea aseguró que ambos contaban con sus licencias vigentes y que la nave había superado satisfactoriamente todas las revisiones técnicas.
El accidente causó estragos en el vecindario: varias viviendas, vehículos e incluso una escuela fueron alcanzados por las llamas. La nube de humo obligó a algunos rescatistas a usar máscaras de oxígeno para operar en el lugar.
Bhupendra Patel, jefe de Gobierno del estado de Gujarat, expresó su “profunda angustia” por la tragedia y ordenó la activación inmediata de un operativo de emergencia, incluyendo un “corredor verde” para agilizar el traslado de heridos a centros médicos. Desde Nueva Delhi, el ministro del Interior, Amit Shah, anunció el despliegue de unidades de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF). Las condolencias llegaron también desde el primer ministro indio, Narendra Modi, y el británico Keir Starmer.
Air India habilitó una línea de asistencia para familiares de las víctimas y aseguró estar colaborando de forma plena con las autoridades en la investigación. Por el momento, se desconoce la causa del accidente.
Este jueves, las operaciones de rescate continuaban mientras peritos forenses y personal de aviación civil recogían restos del fuselaje esparcidos entre los escombros. En los balcones de los edificios vecinos, los residentes observaban en silencio, algunos con pañuelos cubriéndose el rostro. Nadie apartaba la vista del sitio donde, apenas unas horas antes, un avión había caído sobre su barrio.
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