Una potente explosión seguida de un incendio sacudió este sábado el puerto de Shahid Rajaei, en el sur de Irán, dejando un saldo de al menos cuatro muertos y más de 500 heridos, según informaron las autoridades locales.
El siniestro, que tuvo lugar en las afueras de Bandar Abbas, coincidió con la tercera ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos en Omán sobre el acelerado programa nuclear iraní. Aunque hasta el momento no se ha señalado oficialmente un ataque como causa del estallido, el ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, quien encabeza las conversaciones, advirtió que “nuestros servicios de seguridad están en alerta máxima, dadas las experiencias previas de intentos de sabotaje y asesinatos dirigidos a provocar una respuesta legítima”.
Horas después del incidente, la causa exacta de la explosión seguía sin esclarecerse. Las autoridades descartaron cualquier vínculo con la industria petrolera, pero surgieron informes que apuntan a un posible manejo inadecuado de materiales altamente peligrosos. Según la empresa de seguridad privada Ambrey, en marzo el puerto recibió un cargamento de perclorato de sodio, un químico utilizado en la fabricación de combustible para cohetes. El envío, procedente de China, habría tenido como destino reabastecer las reservas de misiles iraníes, mermadas tras ataques recientes contra Israel en el contexto de la guerra en Gaza.
Datos de rastreo marítimo revisados por Ambrey ubican a uno de los buques implicados en las cercanías del puerto durante marzo. Sin embargo, Irán no ha confirmado oficialmente la recepción de ese cargamento, y su misión ante la ONU no respondió a las solicitudes de comentarios.
El manejo de sustancias tan peligrosas recuerda al desastre de Beirut en 2020, cuando la explosión de cientos de toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la capital libanesa dejó 200 muertos y más de 6.000 heridos. Esta referencia aviva las preguntas sobre por qué se trasladaron compuestos tan sensibles en el puerto de Shahid Rajaei, especialmente bajo un contexto regional de alta tensión.
En redes sociales circularon videos que mostraban una densa columna de humo rojizo poco antes de la explosión, lo que sugiere la presencia de compuestos químicos. Tras la detonación, imágenes mostraban vidrios rotos en edificios ubicados a kilómetros del epicentro, así como hospitales abarrotados de heridos y ambulancias trasladando víctimas.
Mehrdad Hasanzadeh, funcionario provincial de gestión de desastres, indicó a la televisión estatal que los equipos de rescate trataban de llegar al lugar mientras otros evacuaban la zona afectada. Hasanzadeh señaló que la explosión se originó en contenedores del puerto, aunque evitó ofrecer más detalles. La televisión estatal informó además que un edificio colapsó a raíz de la deflagración.
El Ministerio del Interior ha iniciado una investigación para determinar las causas del incidente.
El puerto de Shahid Rajaei, ubicado a unos 1.050 kilómetros al sureste de Teherán, es uno de los principales del país y se sitúa estratégicamente en el Estrecho de Ormuz, paso vital para cerca del 20% del petróleo comercializado a nivel mundial. No es la primera vez que este enclave sufre incidentes: en 2020 fue blanco de un presunto ciberataque atribuido a Israel, en respuesta a un intento similar contra el suministro de agua israelí, presuntamente perpetrado por Irán.
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