Los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza causaron este martes la muerte de al menos 14 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y destruyeron maquinaria pesada destinada a labores de rescate y limpieza de escombros. De forma paralela, ataques separados en el sur del Líbano dejaron otras dos víctimas mortales.
La campaña militar de Israel contra Hamás, que se prolonga desde hace 18 meses, ha arrasado amplias zonas del enclave palestino, generando creciente preocupación sobre la posibilidad de que muchas de esas áreas nunca puedan ser reconstruidas. La escasez de maquinaria pesada agrava aún más la crisis, ya que estos equipos son esenciales para rescatar a víctimas atrapadas, despejar caminos y restablecer servicios básicos.
Un municipio en Jabaliya, al norte de Gaza, denunció que un ataque aéreo destruyó nueve excavadoras donadas por Egipto y Catar, países que habían mediado una tregua iniciada en enero. Esa tregua fue suspendida por Israel el mes pasado, al reanudar sus operaciones militares y bloquear completamente el ingreso de bienes al enclave, incluidos alimentos, combustible y medicamentos.
Según las autoridades locales, también fueron destruidos un camión cisterna de agua, un generador móvil y un vehículo utilizado para el bombeo de aguas residuales, todos ellos suministrados por organizaciones humanitarias.
El Ejército israelí no se pronunció de inmediato sobre estos hechos. En general, afirma que sus ataques se dirigen exclusivamente contra milicianos y responsabiliza a Hamás por las muertes de civiles, al operar desde zonas densamente pobladas.
Durante la madrugada del martes, un ataque aéreo israelí redujo a escombros una vivienda de varios pisos en Jan Yunis, en el sur del enclave. Nueve personas murieron, entre ellas cuatro mujeres y cuatro niños, según informó el Hospital Nasser. Una de las víctimas fue una niña de dos años, fallecida junto a sus padres. “Estaban dormidos, en paz. No tenían nada que ver con el conflicto”, lamentó su abuelo, Awad Dahliz.
Otra ofensiva en el campo de refugiados de Jabaliya provocó la muerte de tres niños y sus padres, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza.
Desde el inicio de la guerra, más de 51.000 palestinos han muerto, según cifras del ministerio, que no especifica cuántos eran civiles o combatientes. Israel asegura haber matado a unos 20.000 insurgentes, aunque no ha presentado pruebas que respalden esa cifra.
El conflicto comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos liderados por Hamás lanzaron un ataque en el sur de Israel que dejó unas 1.200 personas muertas, en su mayoría civiles, y 251 rehenes. Actualmente, 59 siguen cautivos, y se cree que 24 de ellos están vivos.
Hamás ha condicionado la liberación de los rehenes restantes a un alto el fuego permanente, la retirada total de las fuerzas israelíes y la excarcelación de prisioneros palestinos. Israel, por su parte, afirma que continuará con su ofensiva hasta recuperar a todos los rehenes y lograr la eliminación o el desarme de Hamás. Además, ha prometido mantener “zonas de seguridad” en Gaza de manera indefinida.
En el frente libanés, un dron israelí mató a Hussein Atwi, integrante de la rama local de la Hermandad Musulmana, mientras se dirigía al trabajo en el sureste de Beirut. Otro ataque en la provincia de Tiro dejó una víctima más, según el Ministerio de Salud del Líbano.
A pesar del alto el fuego alcanzado con Hezbollah en noviembre, Israel ha continuado lanzando ataques en territorio libanés, alegando que sus blancos son milicianos y depósitos de armas. Desde entonces, al menos 190 personas han muerto y 485 han resultado heridas, según el gobierno libanés.
Hezbollah comenzó a disparar contra Israel al día siguiente del ataque de Hamás. En septiembre del año pasado, el conflicto escaló a una guerra abierta, en la que Israel llevó a cabo intensos bombardeos que costaron la vida a varios líderes del grupo chií.
Mientras tanto, la Yihad Islámica Palestina denunció el arresto de dos de sus altos mandos en Siria, sin que el gobierno sirio haya dado explicaciones. Esta facción armada, aliada de Hamás y respaldada por Irán, mantiene presencia en Siria desde la era de Bashar al-Assad y ha enviado combatientes al Líbano para respaldar a Hezbollah.
Los arrestos coinciden con una reciente visita del presidente palestino Mahmoud Abbas a Damasco, la primera desde el inicio del conflicto sirio en 2011. Abbas, quien lidera la Autoridad Palestina —opuesta a Hamás—, se reunió con el nuevo presidente sirio Ahmad al-Sharaa tras la caída del régimen de Assad el año pasado.
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