Nuevos incendios forestales estallaron este viernes en la costa mediterránea de Turquía, mientras las autoridades declaraban zonas de desastre a dos provincias del oeste del país ante la magnitud de la emergencia.
En Antalya, una popular zona turística, imágenes captadas desde tierra mostraban columnas de humo y lenguas de fuego ascendiendo junto a edificios residenciales de gran altura. Las autoridades evacuaron viviendas tanto en el centro de la ciudad como en el distrito de Aksu, en la periferia, debido al rápido avance de las llamas, según reportó la agencia de noticias DHA.
Los fuertes vientos complicaban los esfuerzos de los equipos de emergencia por controlar el fuego, que incluso obligó al cierre de una importante carretera costera. Más al este, en la ciudad de Manavgat, las llamas también amenazaban zonas residenciales.
Vecinos con mangueras y baldes improvisaron una línea de defensa junto a los bomberos, mientras helicópteros, aviones cisterna, cañones de agua de la policía y camiones municipales trabajaban sin descanso para contener el fuego.
«Fue una situación muy preocupante porque los incendios se propagaron dentro de zonas urbanas, entre casas», relató un funcionario local. «Logramos evacuar algunas viviendas a tiempo… No se han reportado víctimas ni heridos».
La situación se agrava en medio de una ola de calor sin precedentes. Antalya registró esta semana una temperatura récord de 46,1 °C, la más alta en julio desde que se tienen registros en 1930.
Paralelamente, el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, anunció que las provincias de Esmirna (Izmir) y Bilecik fueron declaradas «áreas de desastre que afectan la vida pública», una categoría previa al nivel máximo de emergencia.
Desde el 27 de junio, se han evacuado residentes de 120 vecindarios en distintas regiones del país. Más de 12.000 trabajadores del Estado, entre policías, bomberos y personal de rescate, han sido movilizados para combatir los incendios.
Yerlikaya informó que al menos 311 viviendas han sido destruidas o severamente dañadas, y se han instalado 85 unidades de alojamiento temporal en tres provincias para atender a los damnificados.
En una declaración tras las oraciones del viernes, el presidente Recep Tayyip Erdoğan calificó la situación como “un desastre verdaderamente grande”. Según datos oficiales, unas 25.000 personas participan en las labores de extinción, apoyadas por 27 aviones, 105 helicópteros y 6.000 vehículos terrestres.
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