Miles de ciudadanos ucranianos salieron nuevamente a las calles este miércoles para protestar contra una controvertida ley que, según activistas y organizaciones internacionales, debilita la independencia de los organismos anticorrupción del país. Se trata de la primera gran movilización contra el gobierno desde el inicio de la invasión rusa hace más de tres años.
La legislación, aprobada por el Parlamento y firmada por el presidente Volodymyr Zelenskyy, ha despertado fuertes críticas tanto dentro como fuera del país. Funcionarios de la Unión Europea y grupos de derechos humanos han advertido que podría representar un retroceso significativo en los avances democráticos y judiciales de Ucrania.
Presionado por el creciente malestar social y el riesgo de perder apoyo popular en un momento crucial de la guerra, Zelenskyy convocó este miércoles una reunión de emergencia con los directores de las principales agencias de seguridad y lucha contra la corrupción.
“Escuchamos claramente lo que la sociedad nos está diciendo”, escribió el mandatario en su canal de Telegram tras el encuentro. Aun así, defendió la necesidad de la nueva ley como una herramienta para acelerar los procesos judiciales y castigar con mayor contundencia a quienes socavan al Estado. “Los casos penales no deben demorarse años sin veredictos, y quienes atentan contra Ucrania no pueden sentirse seguros ni impunes”, afirmó.
Zelenskyy aseguró que todas las agencias implicadas se comprometieron a trabajar de manera conjunta y presentar en dos semanas un plan de acción detallado. Este buscará fortalecer las instituciones, eliminar obstáculos legales y responder a las demandas sociales de transparencia y justicia.
Las protestas se intensificaron luego de que, pese a los reclamos, Zelenskyy refrendara la ley. El martes por la noche, miles de personas se congregaron en Kiev y otras ciudades para exigirle que la vetara. Tras su aprobación, los activistas convocaron una nueva manifestación para este miércoles a las 8 p.m. en el centro de la capital, difundida ampliamente a través de redes sociales.
La ley en cuestión otorga al gobierno mayor control sobre dos agencias clave en la lucha anticorrupción, lo que, según críticos, amenaza su independencia y favorece la concentración de poder en el entorno presidencial.
Desde Bruselas, la comisaria de Ampliación de la Unión Europea, Marta Kos, expresó en la red X su “seria preocupación” por la aprobación de la norma, calificándola como “un grave retroceso”.
En la misma línea, la oficina ucraniana de Transparencia Internacional denunció que la medida socava una de las reformas más importantes desde la Revolución de la Dignidad en 2014 y pone en riesgo la confianza de los socios internacionales. Acusó a las autoridades de “desmantelar la arquitectura anticorrupción” del país.
La lucha contra la corrupción es un pilar clave en el camino de Ucrania hacia la adhesión a la Unión Europea, así como una condición esencial para seguir recibiendo ayuda financiera internacional en su guerra contra Rusia.
Zelenskyy, por su parte, sostuvo que la nueva ley eliminará “la influencia rusa” dentro de las instituciones anticorrupción y acelerará el castigo a quienes hayan incurrido en delitos financieros, tras años de demoras judiciales en casos que involucran millones de dólares.
Desde Moscú, no tardaron en reaccionar. La portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, ridiculizó las declaraciones de Zelenskyy sobre la supuesta infiltración rusa en las agencias ucranianas, ironizando que “también podrían sacar un par de osos de la esquina”.
Mientras tanto, las tensiones internas continúan creciendo en un país que enfrenta el doble desafío de resistir una invasión y consolidar su democracia.
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