El verano cinematográfico sigue rompiendo expectativas. El nuevo reboot de “Superman” se ha convertido en el gran fenómeno de taquilla del fin de semana al recaudar 217 millones de dólares a nivel mundial en sus primeros días en cartelera, según reportes de medios especializados. Este impulso coloca a la cinta dirigida por James Gunn como uno de los debuts más exitosos del año y una señal de que el público sigue comprometido con las historias de superhéroes, pese al desgaste que algunos auguraban para el género.
Por su parte, el remake en acción real de “Lilo & Stitch” continúa consolidándose como un fenómeno inesperado. A tres semanas de su estreno, la tierna historia hawaiana se mantiene entre las películas más vistas y ya ha acumulado más de 575 millones de dólares en taquilla global, acercándose peligrosamente a romper el récord como el remake live-action más exitoso de Disney, actualmente en manos de “El Rey León” (2019).
¿Qué hace que estas películas sigan atrayendo tanto al público?
La clave parece estar en una combinación de nostalgia, renovadas narrativas visuales y estrategias de marketing altamente efectivas. Mientras Superman apela a un nuevo comienzo con un enfoque emocional, Lilo & Stitch conecta con varias generaciones con su mensaje sobre familia y pertenencia.
Ambas producciones no solo dominan las taquillas, sino que demuestran que el cine, cuando toca fibras profundas o emociona con espectacularidad, sigue siendo un evento colectivo imposible de reemplazar.
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