El martes 8 de julio de 2025, Guatemala enfrentó uno de los enjambres sísmicos más intensos del año. El epicentro principal se localizó cerca de Amatitlán y San Vicente Pacaya, en los departamentos de Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez. El primer gran temblor alcanzó una magnitud de 5.7, seguido por más de 37 réplicas, la más significativa de 4.8, todas dispersas entre profundidades cercanas a los 10 km.
Las consecuencias fueron devastadoras. Al menos seis personas murieron, entre ellas un padre e hijo aplastados por un derrumbe sobre su camioneta en Suchitepéquez. Además, más de 21 resultaron heridas, y se registraron numerosos daños estructurales: 79 viviendas afectadas (52 de ellas con daños severos), colapsos de edificaciones, grietas en carreteras y cortes en servicios básicos.
La respuesta gubernamental incluyó la activación de alerta naranja, la interrupción de clases y funciones públicas en las zonas más afectadas, y un despliegue de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) para la evaluación de emergencias. El presidente Bernardo Arévalo instó a mantener la calma, activar protocolos de seguridad y atender los llamados oficiales.
¿Qué medidas deben seguir los guatemaltecos ahora?
Las autoridades de Guatemala recomiendan mantener actualizados los planes familiares de emergencia, tener a la mano una mochila con suministros para 72 horas, preparar rutas de evacuación, evitar zonas inestables como laderas o edificios dañados, y seguir únicamente canales oficiales para recibir alertas y orientación.
Este conjunto de sismos pone en evidencia que Guatemala se encuentra sobre una de las zonas tectónicas más activas del continente, debido a la subducción de la placa de Cocos bajo la placa del Caribe, lo que genera frecuentes movimientos telúricos. En un contexto marcado por la vulnerabilidad de infraestructuras y poblaciones, la preparación y respuestas de emergencia resultan vitales.
La situación continúa bajo estricta vigilancia por parte de los servicios geológicos y organismos de protección civil. La población debe permanecer atenta a nuevos informes y réplicas.
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