El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, celebró este martes el cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en un anuncio que ha generado una fuerte controversia tanto en círculos diplomáticos como en el ámbito humanitario.
“La era de la ineficiencia sancionada por el gobierno ha terminado oficialmente”, escribió Rubio en su cuenta de Substack. “Con la administración Trump, Estados Unidos finalmente contará con una política de financiación exterior que prioriza nuestros intereses nacionales”.
Según el funcionario, a partir del 1 de julio, USAID dejará de operar como organismo de asistencia exterior. La responsabilidad de los programas que se alineen con la política gubernamental y promuevan los intereses estadounidenses pasará al Departamento de Estado, que —según Rubio— garantizará mayor responsabilidad, estrategia y eficiencia.
El cierre de USAID ha sido impulsado por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una nueva oficina respaldada por el empresario Elon Musk. La medida ha supuesto la eliminación inmediata de miles de programas internacionales, muchos de ellos centrados en salvar vidas.
Un informe publicado este lunes en la revista The Lancet advierte que el desmantelamiento de USAID podría provocar más de 14 millones de muertes adicionales en el mundo de aquí a 2030, incluyendo 4,5 millones de niños menores de cinco años. Los autores del estudio comparan el impacto potencial de estos recortes con el de una pandemia global o una guerra de gran escala.
“A diferencia de esos eventos, esta crisis provendría de una decisión política consciente y evitable, cuyas consecuencias recaerían desproporcionadamente sobre niños y jóvenes, y cuyas secuelas podrían sentirse durante décadas”, escribieron los investigadores.
El estudio también señala que la continuidad de los fondos de USAID habría reducido significativamente la mortalidad por VIH/SIDA, malaria, enfermedades tropicales, diarrea, desnutrición, infecciones respiratorias, mortalidad materna y tuberculosis.
Desde el Departamento de Estado, sin embargo, se restó importancia a los hallazgos del informe. Un alto funcionario, que habló bajo condición de anonimato, aseguró que muchos de los estudios “parten de supuestos erróneos sobre lo que el secretario Rubio ha dicho o hecho en el pasado”.
“El secretario ha sido claro: gran parte de la labor de asistencia humanitaria continuará, pero de manera más eficiente”, afirmó.
No obstante, organizaciones humanitarias alertan que la eliminación acelerada de USAID, sumada a una congelación abrupta de la ayuda exterior implementada en enero, ya ha tenido efectos devastadores en varias regiones vulnerables del mundo.
Consultado sobre las críticas, el funcionario minimizó su impacto. “No estamos enfocados en esas decisiones pequeñas. Lo importante es la visión del secretario y el impacto que tendrá nuestra nueva agenda de ayuda exterior, centrada en Estados Unidos”, señaló.
De acuerdo con la nueva estrategia, la administración busca redefinir los parámetros de éxito en cooperación internacional. “Queremos más compromisos bilaterales, coinversión por parte de nuestros socios, acuerdos comerciales, pactos de colaboración en temas estratégicos”, explicó. “Para nosotros, eso es una señal clara de progreso”.
“Lo que queremos es construir puentes bilaterales coherentes con la misión del presidente y su agenda diplomática global”, concluyó.
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