El joven piloto e influencer estadounidense Ethan Guo, de 19 años, fue detenido este fin de semana luego de protagonizar un riesgoso e irregular aterrizaje en la Antártica chilena. Guo despegó desde el aeropuerto de Punta Arenas, a más de 3.000 kilómetros al sur de Santiago, y modificó su plan de vuelo sin notificar a las autoridades aeronáuticas, aterrizando finalmente en el aeródromo Teniente Marsh, ubicado en territorio antártico nacional.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) activó de inmediato los protocolos de emergencia, desplegando recursos aéreos en su búsqueda. “Esto implicó el uso de medios estatales y puso en riesgo la seguridad operacional”, señaló el organismo en un comunicado. Además, advirtieron que la operación no autorizada violó disposiciones del Estatuto Antártico, lo que agrava aún más la situación del joven.
La DGAC presentó una denuncia ante la Fiscalía local por infracciones al Código Aeronáutico y al reglamento que regula las actividades en la Antártica. Mientras avanza la investigación —a cargo de la Policía Marítima— Guo quedó con arraigo nacional y deberá presentarse a firmar mensualmente en Punta Arenas.
A través de su cuenta de Instagram, el joven explicó que su objetivo es convertirse en el aviador más joven en volar por los siete continentes antes de cumplir los 20 años. Todo, con el fin de recaudar un millón de dólares para donar a la investigación del cáncer infantil, en honor a un primo de su misma edad diagnosticado en 2021.
“Quiero aprovechar cada oportunidad para crear conciencia sobre el cáncer infantil y promover la investigación que permita prevenir y tratar esta enfermedad”, expresó. En una emotiva publicación, agregó: “Esta misión es profundamente personal. Es por mi primo y por todos los que luchan. Cada paso está impulsado por la esperanza”.
Guo también relató que su pasión por la aviación comenzó a los 13 años. Obtuvo su licencia de piloto privado a los 17, cuenta con habilitación para volar con instrumentos (IFR), ha sobrevolado los 48 estados contiguos de EE.UU., cruzado el Atlántico tres veces y acumula más de 700 horas de vuelo.
Ahora, el joven se enfrenta a un complejo proceso judicial en Chile, que podría poner en jaque su ambicioso proyecto solidario.
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