Corea del Norte abrirá la próxima semana un ambicioso complejo turístico en la costa este del país, un proyecto que, según afirma el régimen, marca el comienzo de una nueva era en su industria hotelera. Sin embargo, la reapertura total de las fronteras para visitantes extranjeros sigue sin fecha definida.
El desarrollo turístico, ubicado en la zona costera de Wonsan-Kalma, incluye hoteles y servicios capaces de alojar hasta 20.000 personas. Los visitantes podrán disfrutar de actividades recreativas como natación, deportes acuáticos, restaurantes y cafeterías, informó la prensa estatal.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, presidió la ceremonia de inauguración el martes, donde recorrió las instalaciones y cortó la cinta en un acto calificado de lujoso. Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés), Kim elogió el proyecto como “uno de los mayores logros del año” y lo describió como “el primer paso orgulloso” en la estrategia del gobierno para impulsar el turismo como motor económico.
Se trata del mayor complejo turístico de playa construido hasta la fecha en Corea del Norte. La KCNA anunció que comenzará a recibir turistas nacionales el próximo martes, aunque no precisó cuándo se permitirá el ingreso de extranjeros. Más tarde, autoridades rusas señalaron que el primer grupo turístico procedente de Rusia llegará en julio.
Expertos apuntan a que el proyecto representa una fuerte inversión para el país, cuyos recursos económicos son limitados. Por ello, consideran inevitable que el régimen busque atraer a turistas de China y otros países para garantizar la viabilidad financiera del complejo.
El impulso al sector turístico ha sido una prioridad para Kim Jong Un en su intento de revitalizar la economía nacional. El desarrollo de Wonsan-Kalma es uno de sus proyectos más destacados, y según KCNA, hay planes para construir instalaciones similares en otras regiones del país.
Sin embargo, Corea del Norte aún mantiene en vigor las restricciones de entrada impuestas al inicio de la pandemia en 2020. Aunque en febrero de este año un pequeño grupo de turistas internacionales ingresó al país por primera vez en cinco años, las agencias de viajes suspendieron nuevamente sus tours en marzo. Observadores atribuyen la lenta reactivación del turismo extranjero a las secuelas del COVID-19, al aumento de las tensiones geopolíticas y al temor de que visitantes occidentales difundan una imagen desfavorable del régimen.
La región rusa de Primorie, fronteriza con Corea del Norte, informó que un grupo de turistas partirá hacia el complejo el 7 de julio. Durante una estadía de ocho días, los visitantes también recorrerán puntos emblemáticos de Pyongyang, según la agencia estatal rusa TASS.
Desde febrero de 2024, Corea del Norte ha comenzado a recibir turistas rusos en otras regiones, en el marco del fortalecimiento de sus lazos militares y políticos con Moscú. No obstante, los viajes en grupo desde China —que antes de la pandemia representaban más del 90% del turismo extranjero— siguen suspendidos.
Las relaciones exteriores de Pyongyang han dado un giro hacia Rusia, en momentos en que el régimen proporciona armamento convencional a Moscú para su guerra en Ucrania, a cambio de apoyo económico y militar. Mientras tanto, el vínculo con China, tradicional socio y benefactor de Corea del Norte, parece haberse enfriado. Analistas señalan que Beijing se muestra reticente a involucrarse en una alianza explícitamente antioccidental junto a sus vecinos.
A la ceremonia de inauguración del martes asistieron el embajador ruso y miembros de la delegación diplomática en Pyongyang. No se mencionó la presencia de representantes chinos.
Según expertos, no se espera que los turistas surcoreanos o estadounidenses puedan regresar pronto. Aunque tanto el presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, como el expresidente de EE. UU., Donald Trump, han manifestado su interés en reanudar el diálogo con el Norte, Pyongyang ha ignorado estos acercamientos. En enero, Trump incluso elogió las capacidades de Kim en materia de desarrollo inmobiliario y comentó: “Tiene mucha costa”, en aparente alusión a Wonsan-Kalma.
Desde el fracaso de la cumbre con Trump en 2019, Corea del Norte ha intensificado su programa de armas nucleares y ha rechazado de forma sistemática las ofertas de negociación tanto de Washington como de Seúl.
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