Los manifestantes en Venecia celebraron lo que calificaron como una “enorme victoria” después de que el multimillonario Jeff Bezos y su prometida, la presentadora de televisión Lauren Sánchez, se vieran forzados a trasladar el evento principal de su boda fuera del centro histórico de la ciudad.
Aunque los detalles del lugar exacto donde se celebrará la fastuosa boda de tres días no se han hecho públicos, inicialmente se esperaba que el evento culminara con una recepción el sábado en la emblemática Scuola Grande della Misericordia, uno de los edificios más majestuosos de Venecia. Sin embargo, autoridades locales confirmaron a la BBC que los invitados han sido redirigidos al Arsenal de Venecia, una antigua base naval ubicada más lejos del núcleo urbano.
El cambio se produce en medio de una creciente ola de protestas ciudadanas contra la presencia de Bezos, uno de los hombres más ricos del mundo. Las manifestaciones han sido impulsadas por el colectivo «No Space for Bezos», que critica la ostentación del evento y su impacto en una ciudad ya saturada por el turismo y vulnerable al cambio climático.
“¡Estamos muy orgullosos! No tenemos dinero ni poder, pero logramos expulsar a uno de los hombres más influyentes del planeta”, declaró a la BBC Tommaso Cacciari, uno de los voceros del movimiento.
Las celebraciones nupciales, que iniciarán a finales de esta semana, han atraído a una lista de invitados repleta de celebridades, entre ellas Kim Kardashian, Mick Jagger y Leonardo DiCaprio, según medios locales. Se prevé una alta congestión aérea por la llegada de aviones privados al aeropuerto de la ciudad, así como un aumento del tráfico marítimo con la llegada de yates de lujo. Cinco hoteles están completamente reservados y, de acuerdo con reportes, se habría contratado a exmarines estadounidenses para reforzar la seguridad del evento.
La magnitud del acontecimiento ha avivado el descontento de diversos sectores: desde residentes que denuncian el turismo desbordado, hasta activistas climáticos y opositores al respaldo político de Bezos al presidente estadounidense Donald Trump.
En los últimos días, Venecia ha sido escenario de múltiples manifestaciones. Pancartas con el mensaje “No hay espacio para Bezos” han sido desplegadas en puentes y edificios del centro, y el lunes, el grupo “Todos odian a Elon” colgó una imagen gigante del empresario en la Plaza de San Marcos con el lema: “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.
“La protesta no es contra la boda, sino contra lo que representa”, explicó Simona Abbate, activista de Greenpeace. “Esto no es solo la unión de dos personas, es la exaltación de un estilo de vida insostenible. Mientras los más ricos viven en el exceso, el resto paga las consecuencias de una emergencia climática que no provocaron”.
Desde el ayuntamiento, la respuesta ha sido crítica. Simone Venturini, concejal de Desarrollo Económico, calificó las protestas de “ridículas” y aseguró que los manifestantes no representan a la ciudad. “Estos visitantes son una fuente clave de ingresos. Los activistas actúan como si fueran dueños de Venecia, pero no lo son”, afirmó a la BBC. También defendió que todos los eventos se celebran en propiedades privadas y que el evento, con apenas 200 invitados, generará beneficios económicos.
No obstante, el problema del turismo masivo continúa siendo una preocupación central. Como otras ciudades del sur de Europa, Venecia enfrenta una presión creciente que dificulta el acceso y la calidad de vida de sus propios habitantes. A ello se suma el riesgo permanente de inundaciones agravado por el cambio climático.
Aunque las autoridades han impuesto una tasa turística de cinco euros por día, los activistas afirman que la medida es insuficiente y que la ciudad sigue siendo rebasada por el flujo de visitantes.
Pese a que algunas acciones directas, como lanzarse a los canales con caimanes inflables para bloquear el paso de los asistentes a la boda, fueron canceladas, el grupo “No Space for Bezos” aún planea manifestaciones para los próximos días. El sábado por la noche, convocan a una marcha que esperan se convierta en la protesta final contra el evento y el estilo de vida que denuncian.
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