Medios israelíes informaron que la sede de la Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv sufrió daños materiales tras el ataque con misiles lanzado por Irán en la madrugada del lunes. A pesar del impacto, no se registraron heridos entre el personal diplomático.
En respuesta al ataque, el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, anunció este lunes el cierre temporal tanto de la embajada en Jerusalén como del consulado en Tel Aviv, como medida de precaución ante la creciente tensión en la región.
La embajada estadounidense ya había emitido un comunicado el domingo advirtiendo que, debido a la situación de seguridad, no es posible llevar a cabo evacuaciones ni ofrecer asistencia inmediata a ciudadanos estadounidenses que deseen abandonar el país. Esto ocurrió después de que un portavoz militar iraní instara a los residentes de las denominadas “zonas ocupadas” a evacuar cuanto antes.
El comunicado diplomático también confirmó el cierre del aeropuerto internacional Ben Gurion, uno de los principales puntos de entrada y salida del país. No obstante, aclaró que los cruces fronterizos terrestres hacia Jordania continúan operando con normalidad.
Hasta el momento, Washington no ha emitido una declaración oficial respecto a los daños sufridos en sus instalaciones ni ha confirmado si considera el ataque iraní como una violación directa a sus intereses. Sin embargo, la Israeli Broadcasting Corporation citó a fuentes oficiales según las cuales Estados Unidos solo intervendría militarmente si Irán atacara directamente objetivos estadounidenses en la región.
Cabe recordar que Estados Unidos trasladó su embajada de Tel Aviv a Jerusalén durante el mandato del presidente Donald Trump, una decisión que generó amplia controversia internacional. El movimiento formó parte del llamado “acuerdo del siglo”, con el que la administración Trump buscaba redefinir las relaciones en Medio Oriente. En esa ocasión, Trump subrayó que “en 1995, el Congreso aprobó una ley que instaba al Gobierno federal a trasladar la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén y a reconocer esta importante ciudad como capital de Israel”.
El traslado se concretó oficialmente el 18 de mayo de 2018, coincidiendo con el aniversario de la creación del Estado de Israel, un gesto simbólico que fue celebrado por el gobierno israelí, pero que también desató protestas en varios países árabes.
La situación actual añade una nueva capa de tensión al ya frágil equilibrio geopolítico en la región, en un momento en que Estados Unidos se enfrenta al dilema de proteger a sus aliados sin verse arrastrado a un conflicto directo con Irán.
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