Estados Unidos y países europeos temen que Israel esté ultimando los preparativos para lanzar un ataque contra Irán, según funcionarios occidentales. Esta posible ofensiva militar podría intensificar la inestabilidad en Oriente Medio y torpedear los esfuerzos diplomáticos de Washington para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear con Teherán.
La tensión ha escalado a tal punto que Estados Unidos ordenó el miércoles la retirada de parte de su personal diplomático en Irak y autorizó la salida voluntaria de familiares de militares en la región. La decisión se produjo tras advertencias británicas sobre amenazas al transporte marítimo en el golfo Pérsico, donde se alertó de una posible escalada militar con impacto directo sobre los buques comerciales.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lleva meses presionando al presidente Donald Trump para que autorice una ofensiva contra las instalaciones nucleares iraníes, argumentando que el momento es propicio ante la aparente vulnerabilidad de Teherán. Aunque Trump rechazó una propuesta similar anteriormente para dar margen a la vía diplomática, su tono reciente ha cambiado. En declaraciones al New York Post, reconoció sentirse “menos confiado” en un posible acuerdo con Irán tras el rechazo del líder supremo iraní a una oferta estadounidense.
Según fuentes diplomáticas, Trump mantuvo conversaciones telefónicas con Netanyahu el lunes, mientras seguía en curso una ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos en Omán. Sin embargo, el mandatario calificó la postura iraní de “inaceptable”. Su enviado especial, Steve Witkoff, aún planeaba asistir a las conversaciones.
Teherán, por su parte, ha empezado a prepararse para una posible confrontación. Un alto funcionario iraní aseguró que ya existe un plan de represalia que implicaría un ataque masivo con misiles balísticos sobre territorio israelí. En octubre de 2024, un ataque iraní previo vinculado al conflicto en Gaza fue en gran parte interceptado gracias a la asistencia militar estadounidense.
El ministro de Defensa iraní, general Aziz Nasirzadeh, advirtió que cualquier ataque derivado del fracaso de las negociaciones provocará represalias severas contra las bases militares estadounidenses en la región. Las tensiones también aumentaron tras declaraciones del general Michael E. Kurilla, jefe del Mando Central de EE. UU., quien aseguró haber presentado al expresidente Trump una serie de opciones militares contra Irán. La misión iraní ante la ONU calificó estos comentarios como “militarismo irresponsable”.
En Viena, la Agencia Internacional de Energía Atómica debate una resolución impulsada por EE. UU., Reino Unido, Francia y Alemania que censura a Irán por el avance acelerado de su programa nuclear, en violación del acuerdo de 2015. Si se aprueba, podría abrir la puerta al restablecimiento de sanciones internacionales.
Desde que Trump abandonó el pacto nuclear en 2018, Irán ha incrementado notablemente su capacidad de enriquecimiento de uranio. Expertos advierten que el país ya posee suficiente material como para fabricar varias armas nucleares, aunque la construcción de un artefacto funcional llevaría aún meses. Israel considera este progreso como una amenaza inaceptable y baraja opciones militares, especialmente tras haber debilitado a los grupos proiraníes Hamas y Hezbollah y dañado seriamente la defensa aérea iraní con bombardeos recientes.
No obstante, persisten dudas sobre la capacidad de Israel para neutralizar de forma decisiva el programa nuclear iraní sin el respaldo operativo de Estados Unidos.
Mientras tanto, los precios del petróleo escalaron por encima de los 68 dólares el barril, ante el temor a una interrupción del suministro regional. El portaaviones estadounidense Carl Vinson sigue desplegado en el mar Arábigo con más de 60 aeronaves a bordo, incluidos cazas F-35, aunque no hay cambios inmediatos en su posición estratégica.
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