Tras una maratoniana ronda de negociaciones en Londres, Estados Unidos y China han alcanzado un acuerdo preliminar sobre la aplicación del pacto comercial firmado el mes pasado en Ginebra. Así lo confirmaron este martes los equipos negociadores de ambas potencias desde la histórica Lancaster House, donde se celebraron las conversaciones.
“Hemos alcanzado un marco para implementar el consenso de Ginebra”, declaró en rueda de prensa el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick. En paralelo, el viceministro chino de Comercio, Li Chenggang, precisó que ambas partes han acordado “en principio” cómo poner en marcha los compromisos sellados por sus líderes.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que el nuevo entendimiento contempla aranceles del 55% para los productos chinos importados por EE.UU. y del 10% para las importaciones chinas procedentes de su socio americano. Sin embargo, estas cifras difieren de los niveles anunciados en Ginebra, lo que sugiere que Trump habría sumado aranceles preexistentes y presentado un cálculo propio.
“Nuestro acuerdo con China está cerrado, pendiente solo de la aprobación final del presidente Xi y mía. China enviará por adelantado todos los imanes y tierras raras necesarios. Nosotros, a cambio, cumpliremos con lo pactado, incluida la admisión de estudiantes chinos en nuestras universidades (¡lo cual siempre me ha parecido bien!)”, escribió Trump en Truth Social, en mayúsculas. “¡La relación es excelente!”.
El acuerdo es fruto de dos intensos días de diálogo que siguieron a una llamada de 90 minutos entre Trump y Xi Jinping el pasado jueves, donde ambos líderes acordaron rebajar las tensiones bilaterales provocadas por la escalada arancelaria. En Ginebra, Washington se comprometió a reducir los aranceles sobre bienes chinos del 145% al 30%, y Pekín a rebajarlos del 125% al 10%.
No obstante, el detalle de los aranceles mencionados por Trump es confuso. Según fuentes del Departamento de Comercio, el 55% anunciado incluiría un 10% adicional por medidas recíprocas, un 20% vinculado al tráfico de fentanilo, y otro 25% que correspondería a gravámenes previos no generalizados. De ahí que el cálculo total difundido por Trump resulte, como mínimo, impreciso.
Los negociadores estadounidenses expresaron su optimismo sobre la resolución del tema más espinoso: las restricciones chinas al envío de tierras raras e imanes, minerales esenciales para sectores estratégicos como la automoción o la tecnología. “Esperamos sin lugar a dudas que esta cuestión quede resuelta con la implementación del marco”, afirmó Lutnick, quien añadió que Washington retirará las represalias impuestas tras los recientes retrasos en las entregas por parte de China.
Aunque la declaración de Ginebra no mencionaba explícitamente los minerales críticos, sí incluía el compromiso de Pekín de eliminar cualquier medida no arancelaria impuesta desde abril, entre ellas las restricciones a la exportación de tierras raras que aún siguen vigentes.
Desde la firma del pacto en Ginebra, EE.UU. ha endurecido su postura con nuevas restricciones a las exportaciones tecnológicas, en especial microprocesadores, lo que generó malestar en Pekín. Además, se planteó la posibilidad de suspender miles de visados a estudiantes chinos, una amenaza que por ahora sigue en el aire.
Tras casi 20 horas de reuniones, las delegaciones acordaron elevar la propuesta a sus respectivos líderes. “Una vez que los presidentes lo aprueben, procederemos a implementarla”, dijo Lutnick.
Entretanto, la guerra comercial ya ha dejado huella en los intercambios entre ambos países. El déficit comercial de EE.UU. con China cayó en marzo y volvió a reducirse en abril, situándose en 17.185 millones de dólares. En ese mes, EE.UU. importó bienes chinos por valor de 25.378 millones y exportó por apenas 8.193 millones, niveles que no se veían desde los peores momentos de la pandemia en 2020.
La tendencia continuó en mayo. Según datos de la Oficina de Aduanas china, las exportaciones a EE.UU. se desplomaron un 31,5% interanual, tras haber caído un 21% en abril. Las importaciones desde EE.UU. también retrocedieron un 18,1% respecto al año anterior, encadenando así otro mes de contracción.
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