La producción en una de las principales fábricas de componentes electrónicos de Rusia fue suspendida temporalmente este lunes tras un ataque con drones en la región de Chuvasia, a unos 600 kilómetros al este de Moscú. El episodio refleja una nueva escalada en la guerra tecnológica entre Ucrania y Rusia.
Según informó el gobernador regional, Oleg Nikolayev, dos drones impactaron en las instalaciones de la planta VNIIR, especializada en la fabricación de antenas para los drones Shahed —vehículos aéreos no tripulados de diseño iraní ampliamente utilizados por Rusia en sus ataques sobre territorio ucraniano. A través de un comunicado en Telegram, Nikolayev aseguró que no hubo víctimas y que la producción fue suspendida “para garantizar la seguridad de los empleados”.
El Estado Mayor de Ucrania confirmó la autoría del ataque, precisando que el objetivo fue una instalación del complejo militar-industrial ruso donde se ensamblaban componentes clave para los drones kamikaze empleados en bombardeos masivos contra ciudades ucranianas. En respuesta, Ucrania advirtió que continuará atacando infraestructuras que respalden la ofensiva militar rusa “hasta su total desmantelamiento”.
La ofensiva no se limitó a la región de Chuvasia. Durante la noche, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber interceptado 49 drones ucranianos. En paralelo, Ucrania reportó la destrucción de “docenas” de drones rusos en la región occidental de Rivne, en un contexto de ataques aéreos cruzados que se intensifican desde el inicio de la invasión a gran escala hace más de tres años.
El intercambio de drones también tuvo repercusiones más allá de las fronteras de ambos países. Polonia, vecina de Ucrania y miembro de la OTAN, desplegó aviones de combate ante la amenaza que representaban los misiles y drones en las proximidades de su espacio aéreo. El Comando Operacional de Varsovia explicó en redes sociales que la medida se adoptó “para salvaguardar la integridad del territorio polaco”.
Mientras tanto, en el frente interno ruso, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) anunció la detención de dos ciudadanos acusados de planear un atentado contra una empresa de defensa en la región de Moscú. Los sospechosos, nacidos en 1997 y 1999, habrían actuado bajo instrucciones de una organización terrorista ucraniana. De acuerdo con el FSB, ambos lograron infiltrarse en la planta, realizaron labores de reconocimiento y prepararon explosivos con materiales que ocultaban. Fueron arrestados dentro del recinto y, según el informe oficial, confesaron los hechos. Enfrentan cargos por alta traición, delito que conlleva penas severas en Rusia.
En otro operativo, los servicios de inteligencia rusos informaron sobre la detención de seis personas acusadas de intentar exportar ilegalmente piezas de helicópteros Mi-8 y Mi-17 a Ucrania y a otros países. Estas detenciones forman parte de los esfuerzos del Kremlin por frenar el tráfico de tecnología militar en medio del conflicto en curso.
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