El ejército israelí lanzó el jueves una serie de ataques contra varios objetivos en los suburbios del sur de Beirut, alegando que en esos lugares operaban instalaciones subterráneas de Hezbollah dedicadas a la producción de drones. La ofensiva se produjo en la antesala de la festividad musulmana del Eid al-Adha.
Estos bombardeos marcan la primera incursión israelí en las afueras de la capital libanesa en más de un mes y la cuarta desde que se alcanzó un acuerdo de alto el fuego que puso fin al último conflicto entre Israel y Hezbollah en noviembre pasado.
A través de un mensaje publicado en la red social X, el ejército israelí advirtió con antelación sobre los ataques, indicando que golpearía ocho edificios en cuatro ubicaciones distintas.
Desde la firma del alto el fuego, Israel ha continuado con ataques casi diarios en el sur y este del Líbano, acciones que el gobierno libanés califica como violaciones del acuerdo. Por su parte, funcionarios israelíes justifican estos operativos como medidas preventivas para evitar que Hezbollah reorganice su estructura tras la guerra que, según aseguran, diezmó parte de su liderazgo y capacidad militar.
En un comunicado, el ejército israelí acusó a Hezbollah de intentar fabricar “miles de drones bajo la supervisión y financiación de organizaciones terroristas iraníes”. También aseguró que el grupo chiita ha utilizado drones de manera intensiva contra Israel y que ahora busca ampliar su capacidad de producción con miras a un futuro conflicto.
Fuentes del ejército libanés, que hablaron bajo condición de anonimato, informaron que intentaron persuadir a Israel de abstenerse de bombardear la zona, proponiendo en cambio que autoridades libanesas inspeccionaran los lugares señalados, en concordancia con los mecanismos del acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, aseguran que Israel rechazó la propuesta, lo que llevó a las fuerzas libanesas a retirarse del área antes del bombardeo. Hasta el momento, Israel no ha emitido declaraciones al respecto.
Un funcionario de Hezbollah, que también solicitó anonimato, negó que en los lugares atacados se fabricaran drones. “El acuerdo de alto el fuego contempla un mecanismo para investigar denuncias de este tipo. Israel, y Netanyahu en particular, parecen determinados a prolongar la guerra en la región”, sostuvo.
El conflicto ya ha dejado más de 4.000 muertos en el Líbano, incluidos cientos de civiles. Además, según cifras del gobierno libanés difundidas en abril, desde la entrada en vigor del alto el fuego han muerto otras 190 personas y 485 han resultado heridas debido a los ataques israelíes.
La presión sobre Hezbollah para que entregue su armamento restante ha ido en aumento, tanto a nivel nacional como internacional. No obstante, el grupo ha reiterado que no lo hará mientras continúen los bombardeos israelíes y persista la ocupación de cinco puntos fronterizos en el sur del Líbano.
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