El gobierno chino emitió este jueves órdenes de arresto contra 20 ciudadanos taiwaneses, a quienes acusa de realizar operaciones de ciberataques en la China continental en nombre del gobernante Partido Progresista Democrático (DPP) de Taiwán. Al mismo tiempo, impuso una prohibición comercial a una empresa taiwanesa, cuyos propietarios fueron señalados como “partidarios acérrimos” de la independencia de la isla.
Según la policía de Guangzhou, en el sur del país, el grupo estaría liderado por un hombre identificado como Ning Enwei, presuntamente vinculado al DPP, una formación política que promueve una mayor soberanía para Taiwán. Las autoridades, sin embargo, no detallaron los delitos específicos de los que se acusa a los implicados.
Además, el gobierno chino anunció la prohibición total de relaciones comerciales con la empresa Sicuens International Company Ltd., alegando que está dirigida por el legislador taiwanés Puma Shen y su padre. Ambos fueron señalados por Beijing como fervientes defensores de la independencia taiwanesa. La compañía, según su sitio web, se dedica a la exportación de piezas para bicicletas fabricadas en China.
Shen, además de su labor legislativa, dirige la Academia Kuma, una organización que promueve la preparación civil ante una eventual invasión del continente. Desde allí se ofrecen capacitaciones en defensa y detección de campañas de desinformación.
El Partido Progresista Democrático rechazó de inmediato las acusaciones. “Es evidente que el Partido Comunista Chino está inventando un pretexto para generar conflictos. Cuando se trata de ciberataques, infiltraciones o guerra cognitiva, el principal agresor es el propio PCCh”, declaró Michael Chen, director interino de Asuntos Internacionales del DPP. Añadió que lo ocurrido “es un ejemplo clásico del agresor haciéndose pasar por víctima”.
Desde Pekín, Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán, afirmó que Sicuens mantenía relaciones comerciales con empresas chinas “en busca de beneficios económicos” y aseguró que el gobierno continental no permitirá que compañías ligadas a la independencia taiwanesa operen en su territorio.
No es la primera vez que China apunta contra Shen. En 2024 ya había sido sancionado junto con la Academia Kuma, a la que Beijing acusó de promover actividades separatistas de forma “sistemática”.
Por su parte, la Academia afirma en su portal que su objetivo es fomentar una “mentalidad de preguerra” entre la población civil y fortalecer su capacidad de defensa ante una posible agresión. “Buscamos capacitar a los ciudadanos para reconocer y resistir operaciones de desinformación tanto en tiempos de paz como en escenarios de conflicto”, señala su declaración de principios.
En respuesta al endurecimiento de la postura china, Taiwán ha intensificado el fortalecimiento de sus fuerzas armadas. A nivel civil, también han proliferado campamentos de entrenamiento en tácticas de guerrilla urbana.
En una declaración en video, Puma Shen criticó duramente la decisión de Beijing: “China está manipulando ideologías y sacrificando los intereses de su propio pueblo solo para castigar a un legislador extranjero y a su familia. Solo un régimen autoritario puede hacer algo tan absurdo”.
Beijing considera a Taiwán como parte indivisible de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para unificarla con el continente, una postura que sigue tensando las ya frágiles relaciones a ambos lados del estrecho.
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