Leonardo García Venegas, ciudadano estadounidense nacido en Florida, fue arrestado por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mientras trabajaba en un sitio de construcción en Foley, Alabama. El incidente, que quedó registrado en video, ha desatado una ola de indignación por lo que muchos consideran un caso de perfil racial y abuso de poder.
García Venegas, de 25 años, presentó su licencia tipo REAL ID a los agentes de inmigración, pero estos la desestimaron como falsa y procedieron a detenerlo. Las imágenes, difundidas por Noticias Telemundo, muestran a los oficiales inmovilizándolo físicamente, lo que ha provocado cuestionamientos sobre el manejo del operativo.
Su prima, Shelah Venegas, compartió el video en redes sociales y denunció públicamente lo sucedido. En declaraciones a NBC News, afirmó que la familia había seguido todos los procedimientos legales para obtener la REAL ID y sugirió que el arresto pudo haberse motivado por prejuicios. “Él tiene su REAL ID y luego lo ven y supongo que, como no habla inglés con fluidez o porque es moreno, es falso, no es real”, expresó.
Leonardo fue liberado tras varias horas detenido, luego de que lograra acreditar su ciudadanía estadounidense al recitar su número de Seguro Social. Sin embargo, al regresar al lugar de trabajo, descubrió que varios compañeros habían sido arrestados, incluido su hermano de 34 años, quien se encuentra en condición migratoria irregular, según informó Latin Times.
Desde el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), un portavoz declaró a Newsweek que “no hubo ningún error” en el procedimiento y que García Venegas fue arrestado por “intentar obstruir y prevenir el arresto legal de un extranjero indocumentado”.
Este incidente se produce en un clima político marcado por el endurecimiento de las políticas migratorias durante el segundo mandato del presidente Donald Trump, quien ha prometido llevar a cabo la mayor deportación masiva en la historia del país. En los primeros meses de su administración, se han registrado cerca de 100.000 deportaciones, muchas de ellas amparadas en la antigua Ley de Extranjeros Enemigos de 1798, que permite expulsar a no ciudadanos sin juicio previo.
El caso de García Venegas ha generado preocupación entre defensores de derechos humanos, quienes denuncian la falta de garantías procesales y el incremento de detenciones arbitrarias. Por su parte, partidarios de la actual política migratoria defienden estas acciones como necesarias para salvaguardar la seguridad nacional y frenar la inmigración irregular.
El impacto del arresto también se ha hecho sentir en el entorno laboral del joven. Según Shelah Venegas, muchos trabajadores de la empresa familiar de construcción han optado por no presentarse hasta que la situación se aclare. “Es una locura que no podamos ser diferentes. Contribuimos a este país igual que cualquier otro ciudadano con sus impuestos. Pero tenemos que vivir con miedo de ser discriminados cada vez que salimos a trabajar”, lamentó.
La familia también tomó la difícil decisión de que el hermano de Leonardo firmara su deportación voluntaria, temiendo que pudiera quedar detenido indefinidamente, como ya ocurrió con otro pariente que pasó meses bajo custodia en un centro de detención en Luisiana.
“Es inhumano lo que le están haciendo a nuestra gente. Los tratan como si fueran asesinos”, dijo Shelah, visiblemente afectada. También manifestó su preocupación por la seguridad del resto de sus familiares, muchos de ellos ciudadanos, que trabajan en la misma zona. “No pueden quedarse ahí sentados porque podrían ser acosados o atacados, como le pasó a mi primo”.
El arresto de García Venegas no solo ha puesto en evidencia las fisuras del sistema migratorio, sino que también ha encendido las alarmas sobre el trato que reciben los latinos en Estados Unidos, incluso aquellos con ciudadanía.
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