Emiratos Árabes Unidos ha registrado este viernes su temperatura más alta jamás documentada en un mes de mayo desde que existen registros. Según el Centro Nacional de Meteorología (NCM), el mercurio alcanzó los 51,6 ºC a las 13:45, hora local, en la localidad de Sweihan, en la región de Al Ain.
El récord supera ampliamente los 50,4 ºC medidos apenas un día antes en Abu Dabi, y deja atrás la marca histórica de mayo de 2009, cuando se alcanzaron los 50,2 ºC.
Aunque es uno de los principales exportadores de petróleo del mundo, Emiratos Árabes ha destinado grandes inversiones a las energías renovables. Sin embargo, el impacto del cambio climático ya es palpable y amenaza con intensificarse.
Un reciente informe de la organización Climate Central revela que, entre diciembre de 2024 y febrero de 2025, aproximadamente 1.800 millones de personas —uno de cada cinco habitantes del planeta— vivieron temperaturas diarias influenciadas por el calentamiento global.
El estudio, citado por la revista Time, analizó datos climáticos de todo el mundo. Los resultados son contundentes: en la mitad de los países evaluados y en 287 ciudades, el clima estuvo afectado por el calentamiento global al menos un tercio del tiempo durante el periodo analizado.
El informe se publica en un contexto especialmente preocupante: en 2024, la temperatura global media superó el límite de 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, un umbral crítico que los países del Acuerdo de París habían prometido evitar.
Además, enero de 2025 fue el mes más caluroso registrado en 176 años de mediciones, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Las temperaturas estuvieron por encima de la media en amplias regiones del mundo, incluyendo Europa, Canadá, Sudamérica, África, Australia y la Antártida.
“La influencia del cambio climático se siente ya en casi todo el planeta”, advirtió Kristina Dahl, vicepresidenta de Ciencia de Climate Central. “Detectamos temperaturas más cálidas de lo normal atribuidas al cambio climático en casi todas las regiones analizadas”.
Uno de los datos más alarmantes es el aumento de los llamados “días de calor riesgoso”, definidos como aquellos en los que se superan el 90% de las temperaturas registradas entre 1991 y 2020. Solo en los tres meses evaluados, 394 millones de personas estuvieron expuestas a al menos 30 días de calor extremo.
Según Dahl, estos episodios representan un serio riesgo para la salud pública: “El calor extremo está asociado con un umbral de temperatura que eleva considerablemente la mortalidad vinculada al calor”.
Un ejemplo concreto es la ola de calor que azotó África Oriental en febrero de 2025, afectando a países como Kenia, Uganda, Sudán del Sur y Tanzania. En Uganda, los hospitales reportaron un incremento significativo en los casos de deshidratación y golpes de calor.
Estos eventos extremos no solo impactan a las poblaciones más vulnerables —como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas—, sino que también sobrecargan los sistemas de salud, ya de por sí presionados por otras crisis sanitarias.
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