La Corte Suprema de Justicia de Argentina reveló el hallazgo de varias cajas con documentación vinculada al nazismo, almacenadas durante más de ocho décadas en los archivos del máximo tribunal. El descubrimiento ocurrió de forma fortuita durante el traslado de materiales para la creación de un futuro museo judicial.
Según un comunicado oficial, al abrir una de las cajas se encontró material destinado a «consolidar y propagar la ideología de Adolf Hitler en Argentina», lo que llevó al presidente de la Corte, Horacio Rosatti, a ordenar un relevamiento completo del contenido.
La apertura formal de las cajas fue encabezada por Rosatti, acompañado por funcionarios judiciales y representantes de la comunidad judía, entre ellos el Gran Rabino de la AMIA, Eliahu Hamra; el director ejecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum; y la investigadora de esa institución, Marcia Ras.
Como ocurre con muchos documentos provenientes de causas judiciales inconclusas, las cajas habían quedado relegadas en un subsuelo del edificio de la Corte, en el centro de Buenos Aires. Su hallazgo se produjo en el contexto de la mudanza de archivos para la instalación del museo.
El material hallado incluye libretas de afiliación a partidos nazis y sindicatos, aunque todavía queda gran parte del contenido por clasificar. El proceso de inventario y digitalización ya comenzó, con el objetivo de determinar si los documentos contienen información clave sobre el Holocausto y pistas inéditas sobre aspectos aún desconocidos, como posibles rutas del dinero nazi a nivel internacional.
De acuerdo con la Corte, el origen de las cajas se remonta al 20 de junio de 1941, cuando llegaron al país 83 bultos enviados por la Embajada Alemana en Tokio a bordo del buque japonés Nan-a-Maru. Aunque los diplomáticos alemanes declararon su contenido como efectos personales, la División de Aduanas y Puertos detuvo su ingreso y solicitó la intervención del entonces canciller Enrique Ruiz Guiñazú, ante sospechas de que el material podía comprometer la neutralidad argentina en el conflicto bélico.
La Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentinas, dependiente del Congreso y activa entre 1941 y 1943, intervino rápidamente. El 8 de agosto de ese año, funcionarios de la Aduana, la Cancillería y la comisión abrieron cinco cajas al azar y hallaron postales, fotografías y propaganda del régimen nazi, además de miles de libretas pertenecientes al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el extranjero y a la Unión Alemana de Gremios.
Finalmente, el 13 de septiembre de 1941, la Justicia ordenó la incautación de las encomiendas. Dado que el caso involucraba a un país extranjero, la documentación quedó bajo custodia de la Corte Suprema, competente en este tipo de asuntos.
Argentina mantuvo una postura de neutralidad durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1944 rompió relaciones con las potencias del Eje y, en 1945, declaró la guerra a Alemania y Japón.
Entre 1933 y 1954, se estima que unos 40.000 judíos huyeron de la persecución nazi y encontraron refugio en Argentina, que pasó a ser el país con mayor población judía en América Latina. No obstante, tras la guerra, el país también se convirtió en refugio de jerarcas nazis prófugos, como Adolf Eichmann, uno de los principales responsables del Holocausto. Eichmann fue capturado en Buenos Aires por el servicio secreto israelí, Mossad, en 1960. Fue llevado a Jerusalén, donde fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado en 1962.
Décadas más tarde, la comunidad judía en Argentina fue blanco de los dos atentados terroristas más graves de la historia nacional: el ataque a la Embajada de Israel en 1992 y la explosión de la sede de la AMIA en 1994. Ambos hechos, que dejaron más de 100 muertos, aún permanecen impunes.
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