Israel lanzó una nueva serie de ataques aéreos entre la noche del viernes y la mañana del sábado sobre la Franja de Gaza, dejando al menos 23 palestinos muertos, según informaron autoridades sanitarias locales. Entre las víctimas se encuentran tres niños y sus padres, cuyo refugio fue alcanzado en la Ciudad de Gaza.
La ofensiva se produce en medio de crecientes críticas internacionales por los planes del gobierno israelí de controlar directamente la distribución de ayuda humanitaria en el enclave, donde más de dos millones de personas viven bajo un estricto bloqueo que ya se extiende por tres meses.
La ONU y varias organizaciones humanitarias han rechazado las nuevas propuestas israelíes, incluido un plan impulsado por un grupo de contratistas estadounidenses, exmilitares y exfuncionarios que se hacen llamar la “Fundación Humanitaria de Gaza”.
Entre los cuerpos recuperados en las últimas 24 horas figuran los de una familia de cinco personas cuyo refugio fue destruido en el barrio de Sabrá, al sur de la Ciudad de Gaza, según reportó el Ministerio de Salud del enclave. Otro ataque aéreo, registrado también el viernes por la noche, impactó un almacén de la UNRWA —la agencia de la ONU para los refugiados palestinos— en Jabaliya, al norte de Gaza. Cuatro personas murieron, de acuerdo con el Hospital Indonesio, que recibió los cadáveres.
El Ejército israelí, por su parte, informó que nueve soldados resultaron heridos de forma leve por la explosión de un artefacto mientras realizaban operaciones de rastreo en el barrio de Shijaiyah, también en la Ciudad de Gaza. Todos fueron evacuados a un hospital en Israel.
Israel retomó los bombardeos sobre Gaza el pasado 18 de marzo, rompiendo un alto el fuego de dos meses con Hamás. Desde entonces, las fuerzas terrestres han ocupado más de la mitad del enclave y han intensificado las operaciones en zonas del norte y en la ciudad sureña de Rafah, áreas que ya han sido devastadas por meses de ataques.
En este contexto, las cocinas comunitarias se han convertido en la principal —y a veces única— fuente de alimentación para la población, pero muchas de ellas han tenido que cerrar en los últimos días ante la escasez de suministros. Organizaciones humanitarias advierten que más cierres son inminentes. Israel justifica el bloqueo como una medida de presión para lograr la liberación de rehenes y el desarme de Hamás. Sin embargo, grupos de derechos humanos lo han calificado como una “táctica de hambre” y un posible crimen de guerra.
Israel acusa a Hamás de desviar la ayuda humanitaria, aunque no ha presentado pruebas contundentes. La ONU, por su parte, niega que haya desvíos significativos y asegura que supervisa estrictamente la distribución.
El conflicto, que ya se prolonga por 19 meses, se ha convertido en el más destructivo entre Israel y Hamás. Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 52.800 personas han muerto, más de la mitad mujeres y niños, y al menos 119.000 han resultado heridas. Esta cifra no distingue entre civiles y combatientes. Israel afirma haber matado a miles de milicianos, aunque tampoco ha presentado evidencias.
El gobierno israelí ha prometido eliminar a Hamás tras el ataque del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, donde militantes mataron a unas 1.200 personas —en su mayoría civiles— y secuestraron a más de 250. Se estima que 59 rehenes continúan en poder de Hamás, aunque solo un tercio estarían vivos.
Este sábado, Hamás difundió un video en el que aparecen dos rehenes, Elkana Bohbot y Yosef-Haim Ohana, quienes fueron capturados durante el ataque al festival musical donde murieron más de 300 personas. Las imágenes muestran a ambos bajo coacción. Es la primera vez que Ohana aparece desde que fue secuestrado; Bohbot, en cambio, ha sido mostrado en grabaciones anteriores.
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