El amplio despliegue de seguridad que acompañó el funeral del papa Francisco volverá a repetirse el domingo 18 de mayo, cuando se celebre la misa de inicio de pontificado del nuevo papa, León XIV.
El prefecto de Roma, Lamberto Giannini, encabezó este viernes una reunión del comité de seguridad tras confirmarse la fecha de la ceremonia, que se prevé congregue a unas 250.000 personas en la Plaza de San Pedro y sus alrededores. Se espera, además, la presencia de varios jefes de Estado y de Gobierno, como ocurrió durante las exequias del papa argentino.
“El dispositivo ya está en marcha y se irá intensificando”, señaló Giannini. Más de 5.000 efectivos, entre agentes de diversas fuerzas y personal militar, estarán a cargo de garantizar la seguridad del evento.
León XIV, de 69 años y de origen estadounidense, celebró este viernes su primera misa en la Capilla Sixtina ante los cardenales, donde ofreció su esperada primera homilía. En ella reflexionó sobre la relación de Jesús con sus discípulos, vínculo que espera reflejar en su trato con los prelados como nuevo líder de la Iglesia Católica.
El pontífice continuará su agenda este domingo con el rezo del Regina Coeli desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro, a las 12:00 (10:00 GMT). El lunes, se reunirá con los periodistas acreditados ante la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La misa de entronización, con su imponente despliegue logístico y de seguridad, será el evento más destacado del mes. Luego, León XIV tendrá su primera audiencia general el miércoles 21 de mayo, y el 24 se encontrará con la Curia y el personal del Vaticano.
Una de las primeras decisiones simbólicas de su pontificado será elegir su lugar de residencia: ¿optará por instalarse en el Palacio Apostólico, símbolo del poder papal, o seguirá el ejemplo de su predecesor y vivirá en la más modesta Casa de Santa Marta?
Aunque parezca un detalle menor, esta elección será un mensaje claro sobre el estilo que marcará su papado. La Domus Sanctae Martae, ubicada a pocos pasos de la Basílica de San Pedro, fue inaugurada en 1996 y pensada originalmente como alojamiento para cardenales durante el cónclave. En 2013, el entonces recién elegido papa Francisco rompió con la tradición y la adoptó como residencia, en sintonía con su vida austera y cercana al pueblo.
En contraste, el Palacio Apostólico, residencia papal durante siglos, es un monumental complejo que alberga oficinas, capillas, museos y más de mil habitaciones. Aunque el papa Francisco continuó utilizándolo para audiencias oficiales y el rezo del Ángelus, nunca lo habitó.
Ahora, León XIV deberá decidir no solo dónde vivirá, sino qué imagen desea proyectar al mundo desde el inicio de su pontificado.
Leave a comment