Las grandes compañías del sector informático hace tiempo que dejaron de centrarse en ofrecer un solo producto. Un ejemplo claro son AMD e Intel, que además de sus conocidos procesadores, también fabrican tarjetas gráficas dedicadas. Ese territorio, dominado tradicionalmente por NVIDIA, podría ver un giro estratégico: la firma liderada por Jensen Huang se prepara para entrar al mercado de las CPU con arquitectura ARM orientadas a equipos con Windows.
Uno de los segmentos con mayor potencial en la industria del hardware para PC es aquel que busca equilibrio entre alto rendimiento, estabilidad y bajo consumo energético. La arquitectura ARM ofrece una vía prometedora en ese sentido. No obstante, su talón de Aquiles ha sido la compatibilidad con aplicaciones diseñadas para arquitecturas x86-64, incluso con la implementación de Windows on ARM. Aun así, NVIDIA parece decidida a afrontar ese desafío con sus nuevas CPU, desarrolladas en alianza con MediaTek.
La apuesta se hará oficial durante el próximo Computex, uno de los eventos más importantes del mundo tecnológico. Allí, NVIDIA presentará sus nuevos chips N1X y N1, diseñados para integrarse plenamente en el ecosistema de Windows on ARM y pensados tanto para ordenadores portátiles como de escritorio.
El objetivo es claro: competir directamente con las APU de AMD. Para ello, esta nueva familia de procesadores combinará núcleos ARM de alto rendimiento diseñados por MediaTek con gráficas integradas (iGPU) basadas en la arquitectura Blackwell de NVIDIA. Aunque los detalles técnicos aún son limitados, se espera que los chips incluyan hasta 10 núcleos Cortex-X925 y 10 núcleos Cortex-A725, lo que se confirmará durante las presentaciones programadas para los días 19 y 20 de mayo.
Actualmente, las APU de AMD dominan el mercado de soluciones que integran CPU de bajo consumo con gráficas potentes, presentes tanto en portátiles como en consolas. Aunque Qualcomm ha intentado hacerse un hueco con sus chips Snapdragon X, su desempeño y problemas de compatibilidad los han mantenido lejos del éxito esperado.
Por ahora, solo queda esperar a ver si la incursión de NVIDIA representa una verdadera amenaza para los actuales líderes del mercado. Si sus chips logran cumplir lo prometido, podríamos estar ante una nueva generación de dispositivos con alto rendimiento y eficiencia energética. Eso sí, es probable que sus efectos reales no se vean hasta 2026.
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