Los cuatro aeropuertos internacionales de Moscú suspendieron temporalmente sus operaciones este martes, luego de que las fuerzas rusas interceptaran más de 100 drones lanzados por Ucrania contra una docena de regiones, según informó el Ministerio de Defensa en Moscú.
La ofensiva también obligó al cierre provisional de otros nueve aeropuertos regionales, mientras los drones atacaban zonas fronterizas con Ucrania y puntos más profundos del interior ruso, indicó la agencia de aviación civil Rosaviatsia.
Se trata de la segunda noche consecutiva de ataques en la región de Moscú, en un momento particularmente delicado: el presidente Vladímir Putin había anunciado un alto el fuego unilateral de 72 horas, en coincidencia con las celebraciones del Día de la Victoria, que conmemora la derrota de la Alemania nazi en 1945 y constituye la principal festividad secular del país.
El jueves, líderes como Xi Jinping (China) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) llegarán a Moscú para asistir al desfile del 80.º aniversario, donde se espera la participación de miles de soldados, así como exhibiciones de tanques y misiles. Las autoridades han advertido sobre estrictas medidas de seguridad y posibles restricciones al acceso a internet en la capital. También se ha pedido a los residentes abstenerse de lanzar fuegos artificiales.
Putin declaró la tregua “por razones humanitarias” a partir del 8 de mayo, pero Ucrania ha solicitado un cese al fuego más prolongado. Kiev ya ha respaldado una propuesta estadounidense para detener los combates durante 30 días, mientras que Moscú la ha rechazado, exigiendo condiciones específicas.
“El alto el fuego no parece mucho, pero lo es… si supieran desde dónde partimos”, comentó el presidente estadounidense Donald Trump el lunes. Desde el Kremlin, el portavoz Dmitry Peskov confirmó que las órdenes de cese al fuego fueron emitidas, pero aclaró que las tropas rusas responderán si son atacadas.
Ucrania ha intensificado el uso de drones de producción local para compensar su menor capacidad militar frente a Rusia, lanzando ataques en el territorio ruso y a lo largo de la línea de frente, que se extiende unos 1.000 kilómetros. Por su parte, Rusia continúa utilizando drones Shahed, bombas planeadoras de hasta 1.300 kilos, así como misiles de crucero y balísticos.
En la región rusa de Kursk, dos personas resultaron heridas, mientras que en Voronezh se reportaron daños materiales, según el gobernador Alexander Khinshtein. Ninguno de estos informes pudo ser verificado de forma independiente.
Desde el otro lado del conflicto, la fuerza aérea ucraniana informó que Rusia lanzó durante la noche 136 drones entre unidades de ataque y señuelos. Al menos 20 drones Shahed impactaron en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, hiriendo a cuatro personas y provocando un incendio en el mercado de Barabashovo, donde cerca de 100 puestos resultaron dañados o destruidos, según el gobernador Oleh Syniehubov.
Otras siete personas resultaron heridas en distintos puntos de la región de Járkiv a causa de ataques con drones y bombas planeadoras. En Kramatorsk, región de Donetsk, drones Shahed alcanzaron zonas residenciales e industriales, dejando un muerto y dos heridos, informó el alcalde Oleksandr Honcharenko. En Odesa, otro ataque ruso mató a una persona tras impactar en edificios residenciales e infraestructura civil, según el jefe regional Oleh Kiper.
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