Un barco cargado con ayuda humanitaria y activistas rumbo a Gaza fue atacado la madrugada de este viernes por drones en aguas internacionales, a 14 millas de la costa de Malta. La embarcación, de bandera de Palau y llamada Conscience, formaba parte de una acción simbólica contra el bloqueo impuesto por Israel, que desde hace dos meses impide el ingreso de alimentos, agua y medicinas al enclave palestino.
El ataque, atribuido por los activistas a Israel, no dejó heridos, pero sí provocó un incendio a bordo, desactivó el sistema eléctrico y dañó parte del casco. La tripulación emitió una señal de auxilio general. El Gobierno de Malta confirmó que el barco se encontraba fuera de sus aguas territoriales y que las 16 personas a bordo se encuentran en buen estado. También aseguró que la situación está bajo control.
La organización internacional Flotilla de la Libertad, promotora del viaje, difundió videos del ataque, en los que se observa un impacto aparentemente dirigido al generador del barco. La entidad pidió a los gobiernos que convoquen a los embajadores israelíes para exigir responsabilidades por las “violaciones del derecho internacional”, tanto por el bloqueo a Gaza como por el bombardeo a una embarcación civil en aguas internacionales.
No es la primera vez que una flotilla humanitaria hacia Gaza es blanco de ataques. En 2010, una operación israelí contra una flotilla mayor terminó con la muerte de diez activistas. Desde entonces, Tel Aviv ha impedido múltiples intentos similares. En abril de 2024, una flotilla con más de 5.500 toneladas de alimentos zarpó desde Turquía, pero fue cancelada tras sucesivos retrasos atribuidos a presiones diplomáticas y trabas administrativas. El Conscience, de hecho, era uno de los barcos originalmente previstos para esa misión frustrada.
La reconocida activista climática Greta Thunberg, quien tenía previsto embarcarse en esta travesía, no se encontraba a bordo en el momento del ataque. Tampoco lo estaban tres ciudadanos españoles que formaban parte del grupo.
El barco zarpó en medio de una catástrofe humanitaria creciente en Gaza. La política del Gobierno de Benjamín Netanyahu de utilizar el hambre como arma de guerra ha intensificado la crisis: además de bloquear la entrada de suministros, Israel ha cortado el único tendido eléctrico de la Franja y ha reanudado los bombardeos, rompiendo el alto el fuego con Hamás. Solo en las últimas semanas, más de 2.000 personas han muerto, la mayoría mujeres, niños y ancianos, según datos del Ministerio de Sanidad palestino. Mientras tanto, las reservas de alimentos se agotan y el precio de productos básicos como la harina se ha disparado.
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